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Javier Gutiérrez: "Subirse a un escenario es un acto de valientes"

El actor, que en un días representa en Avilés, "Los yugoslavos", recibe el homenaje del festival de cortos con un "os voy a llevar en el corazón"

El director del Avilés Acción entrega a Javier Gutiérrez el premio de homenaje del Certamen de Cortos de Avilés, ayer, en la Casa de Cultura.  | MARA VILLAMUZA

El director del Avilés Acción entrega a Javier Gutiérrez el premio de homenaje del Certamen de Cortos de Avilés, ayer, en la Casa de Cultura. | MARA VILLAMUZA

Saúl Fernández

Saúl Fernández

Avilés

A la subdirectora de la Cátedra de Cine de Avilés, que es la periodista Paula Ponga, no le gustó nada una de las primeras películas que hizo el actor luanquín Javier Gutiérrez, pero es natural: se trataba de "El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo", de Santiago Segura. Esto lo confesó el propio Gutiérrez ayer sobre el escenario del auditorio de la Casa de Cultura, justo donde había recibido unos minutos antes y, precisamente de manos de ella, de Ponga, el premio homenaje que le había concedido el Avilés Acción Festival, un premio con el que quisieron reivindicar la carrera interpretativa de un actor que "lleva ya treinta años" de trabajo continuo. "Pero con la misma humildad de siempre", destacó Javier Mediavilla, el director del certamen, que fue el que introdujo el acto que concitó mucha expectación. "Queremos pasar del personaje a la persona", añadió Mediavilla.

Aspecto del auditorio de la Casa de Cultura, ayer, durante el encuentro con Javier Gutiérrez.  | MARA VILLAMUZA

Aspecto del auditorio de la Casa de Cultura, ayer, durante el encuentro con Javier Gutiérrez. | MARA VILLAMUZA

Lo de que no le gustara a Ponga la película esta de los "dos pijos trasnochados", en la palabras del propio Gutiérrez, sirvió como introducción de una entrevista pública en la que el actor y la subdirectora de la Cátedra de Cine celebraron "las sinergias" establecidas entre la propia cátedra y el festival. Gutiérrez agradeció la estatuilla –no la iba a poder recoger el sábado porque está en Santander haciendo "Los yugoslavos", de Juan Mayorga, que también hará en Avilés, en el Palacio Valdés, pero el próximo 8 de noviembre–: "Os voy a llevar en mi corazón", dijo al público que le respondió con un aplauso. Y luego recordó su largo apego con los escenarios avilesinos: "Con el Palacio Valdés, con el Niemeyer". No falta desde hace más de veinte años. Al hilo de eso le explicó a Ponga que "Subirse al escenario de un teatro es un acto de valentía". Y lo hizo en un momento en que los dos hablaban de los muchos trabajos que el luanquín –criado en Ferrol, en La Coruña– ha hecho en la pequeña pantalla. Él recordó concretamente el "Satur" de "Águila roja" que, según apuntó Ponga, llegó a tener picos de audiencia millonarios. "Nueve millones", apostilló Gutiérrez.

Al hilo de aquella primera entrevista en la revista "Fotogramas" –ahí trabajaba Ponga cuando Gutiérrez supo del gusto de ella por aquella película de Segura– también salió la manera "tan desconsiderada" con que le trató el director Emilio Martínez Lázaro cuando "El otro lado de la cama". "Un día estábamos haciendo una escena que no le gustaba. Después vino Ramón Barea y dijo: ‘Por fin, un actor’". Dijo Gutiérrez que en el guion de aquella película, que debe conservar "por casa", apuntó: "No sirvo para hacer cine". Él, que tiene dos "Goya", circunstancia que sacó a colación su entrevistadora.

El papel que interpretó en "La isla mínima" fue, dijo, "un antes y un después". Y lo fue porque ahí pasó de la comedia al "thriller" y lo hizo a lo grande. "Había muchos dramas en el teatro, pero eso tiene menor repercursión que la televisión. Las directoras de reparto habían visto mis trabajos en ‘Animalario’ y fueron las que me llamaron para estar en aquella película", contó Gutiérrez ya convertido en una verdadera estrella. "No para de trabajar y eso hay que celebrarlo", había apostillado Mediavilla en la introducción de una ceremonia cuyo comienzo se alargó más de lo esperado.

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