Miguel Alderete, párroco exorcizador de Llaranes: "Sin las redes sociales soy la mitad de cura, porque en ellas evangelizo"
"El que hice no fue un exorcismo magno ni un exorcismo máximo, que solo un Arzobispo lo autoriza, fue el de San Benito, que se puede hacer en familia",

Miguel Elías Alderete Garrido con su vaso de mate en Llaranes. | MARA VILLAMUZA

Miguel Elías Alderete Garrido es el nuevo cura de Llaranes. Conversa con LA NUEVA ESPAÑA sentado en el parque del barrio.
Usted se llama Miguel Ángel…
No, yo no soy ningún ángel. Yo soy solamente Miguel Elías: con esos dos nombres ya tengo suficiente.
Alderete.
Y no se olvide de Garrido, que es mi abuela: la española.
Pero usted nació en Tucumán.
En septiembre de 1960.
Tengo entendido que usted vino a trabajar a Córdoba.
Sí, comencé por Andalucía porque mi abuela, la andaluza, me hizo amar España en sus piernitas.
¿Y cómo se llamaba su abuela?
María Urrutia de Garrido. Ella me cantaba las coplas y me enseñó todo lo que yo amo de España. Y ya desde el año 1999 tenía todos los papeles para hacer mi nacionalidad. Y por esas cosas de la vida pasaron 25 años y me acordé ahora, digo: "Tengo que hacerlo porque para mí España es mi propia patria. Desde siempre".
¿Cuándo llegó a Córdoba?
Hace 3 años. Entonces, el último requisito que me pedía Migración, no sé cómo se llama eso, era residir un año en España. Así que hablé con mi amigo, el obispo don Demetrio Fernández, de Córdoba, y él estuvo muy de acuerdo que me quede en su diócesis un año y que saque ese papel. Así que salió la nacionalidad justo al año. Al año salió la nacionalidad. Ya tengo la doble nacionalidad y ya me tenía que volver, digamos, porque el objetivo estaba cumplido y resulta que en ese ínterin mi familia empieza a venirse a vivir a Oviedo. Y aquí nace mi sobrino, Noa Emanuel, que ahora me viene a visitar, gracias a Dios. Estoy feliz porque viene. Tiene 2 años.
Noa.
Noa. Había que bautizarlo. Entonces yo digo, antes de irme a Argentina me voy a Oviedo a bautizarlo. Entonces vine.
¿Dónde lo bautizó?
En Ventanielles, que es donde viven. Nada más entrar por la primera rotonda me impresionó Oviedo. Digo: "Qué ciudad más limpia, qué lugar más agradable". Y yo vine por dos días a bautizarlo y ya me volvía a la Argentina. Así que culpa de Noa que esté aquí.
¿Y cómo convenció al Arzobispo?
Nada, saludé a Monseñor, lo llamé por teléfono, me dio una audiencia ese mismo día muy gentilmente, porque imagínese, que el obispo te dé una cita de un día para otro. Y le digo: "Monseñor, estoy de paso, vengo a bautizar a mi sobrino, lo quiero saludar". Entonces estaba hablando con él y salió la conversación. Le digo: "¿Usted no necesita un cura aquí?".
Y claro, necesitaba un montón de ellos.
Después me entero de que la realidad de Asturias es que hay casi mil parroquias y 300 curas. En números redondos, ¿verdad? Entonces, claro, yo no sabía que eran tan necesarios. Y dice: "Me dice que usted tiene deseos de venir" Y yo le respondo: "A mí me encanta lo que estoy viendo de esta ciudad tan bonita, tan limpia, limpia".Y entonces, dice: "Bienvenido, cómo no, si consigue usted los permisos y tal. Y en una semana conseguí todos los permisos y aquí estoy".
¿Y le da Llaranes?
No, primero me dieron Covadonga. Fue un tiempo en que no hubo canónigos. Y yo estuve ahí ayudando, feliz, contento, me encanta recibir a la gente. Me encanta recibirlos, acogerlos, tratarlos bien. Eso viene de la cuna, eso no te lo enseña el seminario. Estuve muy feliz en Covadonga y al año, el obispo me dice: "Te necesito en Llaranes". Y yo lo primero que hago es decirle que sí a los obispos. Yo tenía una agenda que incluía el casamiento de mi sobrina en Italia, que lo hice hace como una semana y este viaje a Centroamérica que comienzo el lunes, que es un viaje de evangelización porque allá tengo gente que evangelicé a través del Zoom en la época de la pandemia, ¿sabe? Por zoom evangelicé en El Salvador y en Guatemala. En Guatemala tengo una relación muy bonita con la congregación religiosa Marta y María. Soy alma gemela de la fundadora, la madre Ángela Eugenia Silva Sánchez, y ya hace más de 30 años que nos conocemos. Yo la llevé a Argentina y allá en Argentina ya tienen más de 10 casas.
¿Y en Tucumán qué era? ¿Párroco?
Sí, siempre fui párroco. Y también estuve de encargado de los medios de comunicación: enseñé en el seminario de archidiocesano comunicación social. Yo fundé la cátedra; a mí no me la enseñaron, pero yo la enseñé. Aquí yo simplemente vine como el cura ese que viene a hacer los papeles y se va.
Nada más llegar monta aquí el exorcismo, que tuvo mucha repercusión mediática.
Y yo creo que espiritual también, que sería lo más importante. Ya sabe que no fue un exorcismo magno ni un exorcismo máximo, que solo un Arzobispo lo autoriza. No es ese el caso: es el exorcismo de San Benito, que usted mismo lo puede hacer en familia ya que San Benito era laico, no era cura: es lo que yo hice, pero bueno, resultó que cayó bien, gracias a Dios.
Vamos a explicarlo: San Benito es el santo de la regla, del "Ora et labora", el de "Vade retro Satana".
Eso, la medallita famosa que tiene unas iniciales y cada inicial en latín es la fórmula del exorcismo que dice: "Crux sancta sit mihi lux / Non draco sit mihi dux / Vade retro satana".
La parroquia se sorprendió, pero lo aceptó de mil amores.
Gracias a Dios, sí. Yo me siento muy bien acogido, la gente es muy cordial, el Señor me ha mandado ángeles que me ayudan, que me ofrecen, que vienen incluso de pueblos cercanos de por acá y no tan cercanos: de Gijón, de Cangas de Onís, en fin, de Ribadesella, gente que me ha conocido por Covadonga. Hoy mismo [el viernes] recibo un grupo que me viene a visitar de Gijón y que son estas señoras tan alegres y tan amables devotas de la Santina que vienen a tomar la merienda y se quedan en la misa conmigo esta tarde. Primer grupo que recibo.
Lleva aquí desde…
El 5 de octubre, aunque tomé posesión el día 3.
Unos pocos días.
Unos pocos días, sí.
¿Se ha hecho ya al barrio?
Yo sí, yo me siento bien a gusto. Tengo la capacidad de adaptarme, siempre me ha pasado así. Y he andado por todas partes y siempre me he adaptado a las condiciones del lugar donde me he tocado. Así que feliz, contento.
¿Cómo se deja Tucumán?
Viajo con una maleta y ahí tengo todo lo que necesito. He viajado predicando y evangelizando, quedándome tres meses en algunos lugares con la misma maleta. No hace falta más que una muda puesta y dos en la maleta. Te tienes que bañar todos los días, eso sí. Te sacas a la noche eso y al otro día te pones la limpia. Lavas la anterior y la dejas secando. Si no se seca, tienes una alternativa. Esa es vida de soltero, hermano. Así que con eso yo estoy feliz.
¿Y qué le sorprende de este barrio?
Me sorprende eso, su origen, su historia, la misma construcción de esta bella explanada que le llaman campa, donde estamos. Y la construcción de esta bella iglesia que se lo merece esta comunidad. Me dijeron que hubo una época en que había 27.000 contratados en Ensidesa, que es una maravilla de obra. Y también está sucediendo algo bonito porque los inmigrantes e incluso hispanos están viniendo a comprar o alquilar en estos lugares. Así que es un reciclaje social importante y yo vengo a ser un engranaje más, yo vengo a compartir la fe, a vivir con ellos. Esto sí me gustaría decírselo. ¿A qué vengo yo? Yo vengo a anunciar a Jesucristo, en un mundo que está desacralizado, descristianizado y, qué duda cabe, que vivimos una crisis de fe.Estas tres cosas son muy importantes. ¿Cuál es el remedio para estas tres problemáticas? El anuncio de Jesucristo formando pequeñas comunidades. Mi definición o mi idea de lo que debe ser una parroquia es una comunidad de pequeñas comunidades.
Hábleme de lo suyo con la comunicación.
Llevo en esto desde el año 82, cuando entraba al seminario. Hice mi curso de comunicación y mi tesis fue sobre la Santísima Trinidad y la comunicación. Cuando yo descubrí ese mundo, yo dije ¡guau! Esto es anunciar a Jesucristo usando los medios de comunicación y es lo que hago desde esa fecha.
¿Qué le dan las redes sociales?
Qué linda la pregunta, porque yo la defino a las redes sociales como la nueva red de Pedro. Para mí la red, internet, es la red de Pedro. Yo tiro la red en las redes y de ahí vengo.
Como si fuera el mar de Galilea.
Sí, sí, sí, es el mundo, es el lugar de la evangelización. Las redes son el medio donde yo pesco para Cristo. Sin las redes soy la mitad del cura que soy. ¿Por qué? Porque todo lo que yo hago es público y es evangelizador. Me dicen, ¿y por qué cuenta todo? Pues yo no tengo nada que ocultar. Estos diez días que yo me tomo son mis vacaciones. ¿Qué hago yo en mis vacaciones? Pues no me voy a la playa del sur porque me hace mal el sol.
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