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El nuevo porvenir de Saint-Gobain Cristalería que está por escribir: el futuro de los trabajadores y el nuevo horno de La Maruca

Los tiempos en la multinacional francesa con fábrica en La Maruca son paradójicos: ha empezado una negociación de un convenio sin que la empresa aclare la forma de ese futuro

Acceso a la fábrica de Saint-Gobain de Avilés.

Acceso a la fábrica de Saint-Gobain de Avilés. / Mara Villamuza

Saúl Fernández

Saúl Fernández

Avilés

Lo que pasa en la fábrica que la multinacional Saint-Gobain tiene en Avilés es que su "corazón industrial" –su "horno float"– palpita como el de un fumador con epoc. Y así no hay manera de ver un porvenir que no esté lleno de niebla.

El artilugio de La Maruca está en las últimas –lo sienten así los trabajadores y también la dirección de la fábrica: este verano vivió dos averías consecutivas que dejó a la planta temblando– y la empresa sigue sin aclarar cómo se va a enfrentar a esa situación: ¿Ordenará nuevos arreglos o acaso optará por cambio total? Hay quienes van un paso más: si el año 2024 fue el del cierre del negocio de los parabrisas, ¿qué será 2026?

Sin que la compañía clarifique todo esto –los trabajadores consideran que es fundamental, que es el primer paso que hay que dar– ha sido que la compañía ha denunciado el convenio colectivo. Y así es que la dirección y los representantes sindicales están negociando un porvenir "sin saber si hay porvenir o, en el mejor de los casos, sin saber qué clase de porvenir es el que va a llegar", dicen.

El pasado día 16 se constituyó la mesa negociadora del acuerdo regulador en Saint-Gobain. Por primera vez limita su ámbito de aplicación a la fábrica de Avilés –hasta ahora, al menos últimamente, los trabajadores asturianos y los de Arbós, en Cataluña, remaban en la misma dirección–.

Cierre de Sekurit

El cierre del negocio de parabrisas en Avilés, los despidos y recolocaciones subsiguientes trajeron novedades en la organización de los negocios de la multinacional francesa en España. El primero de ellos es la creación de Saint-Gobain Sekurit España para encargarse de la planta tarraconense. Avilés queda de la mano de Saint-Gobain Cristalería.

Esta negociación oficial (elección de los representantes de ambas partes –trabajadores y dirección–; nombramiento del presidente de la mesa, de la secretaria) lleva meses cocinándose de manera no oficial. En la primera semana de este pasado septiembre la empresa reunió a los representantes sindicales y les dijo que era conveniente una bajada de los salarios un 20% para, de este modo, facilitar que la dirección mundial de la compañía diera el visto bueno a la gran inversión que espera la fábrica de Avilés.

Y de ahí no se ha bajado todavía.

Primeras reuniones

Llevan dos reuniones y la compañía apuesta por la rebaja de los sueldos para animar a la dirección mundial a anunciar la inversión del horno en Avilés. "Parece que quieren que seamos nosotros los que paguemos el horno-float", dicen. "Nos han visto la cara".

Se da la circunstancia de que esta petición comenzó a escucharse poco después de que Adela Ureta, que es la directora general de Recursos Humanos para España, Portugal y Marruecos, y Esther Soriano, que es directora general de Saint-Gobain Solutions, estuvieran en la planta de La Maruca (eso fue a mediados de agosto). El comité de empresa destacó entonces –coincidiendo con la visita de Urera y Soriano– "la excelente labor realizada por todos los intervinientes en la reparación de la bóveda del horno, coordinadores, técnicos, albañiles, personal de la línea float y contratas colaboradoras, dando valor a la cooperación entre los distintos participantes en las intervenciones, expresando su reconocimiento y felicitaciones por el esfuerzo y dedicación demostrados".

La estimación de la inversión, según el consejero de Industria

Todo esto viene en paralelo a una intervención del consejero de Ciencia e Industria, Borja Sánchez, en la Junta General del Principado. Le dijo a la diputada Covadonga Tomé que ya se sabía lo que iba a costar el nuevo horno –"entre 120 y 140 millones"– y le dijo a continuación: "Nuestra principal preocupación es evitar retrasos que, sobre todo, puedan comprometer los plazos de entrada de funcionamiento del nuevo horno". La empresa, en las negociaciones se mueve con otras horquillas dinerarias.

La alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, dijo el otro día que la dirección de Saint-Gobain está "profundamente implicada" para que se construya el nuevo horno-float. La empresa, por sí misma, no ha dicho nada todavía. En unos días sigue la negociación paradójica: porvenir entre interrogantes contra una bajada de salarios.

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