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El último desayuno en El Chicote: uno de los bares con más solera de Avilés cierra tras "muchos años abriendo a las seis de la mañana"

María Dolores Ibáñez, última de la saga familiar del conocido bar avilesino, se jubila

María Dolores Ibáñez, esta mañana, preparando uno de los últimos desayunos del Chicote de Avilés.

María Dolores Ibáñez, esta mañana, preparando uno de los últimos desayunos del Chicote de Avilés. / M. M.

Myriam Mancisidor

Myriam Mancisidor

Avilés

María Dolores Ibáñez Pascual se desenvolvía esta mañana con soltura tras la barra: un café solo, uno con leche, otro con leche sin lactosa, un cruasán y un pincho de tortilla. ¡Marchando! En otra mesa, caña y sándwhich. Ibáñez Pascual es una experimentada hostelera. Y esta mañana sería un día más, salvo por un dato: El Chicote cierra sus puertas. Hoy será el último día de este bar con solera en la plaza de Pedro Menéndez: "Cerramos, me jubilo. Mañana (sábado) ya no abrimos. Es nuestro último día", reconocía a primera hora Ibáñez Pascual. En el local, apunta Ibáñez, estaba de alquiler: "Lo que pase a partir de ahora no es cosa nuestra sino del dueño".

El negocio lo fundó el padre de María Dolores Ibáñez, Hilario Ibáñez Chicote, fallecido ya en 2015. "Era carnicero, y lo primero que tuvimos aquí fue un supermercado", recordaba esta mañana la hostelera. Con la apertura de Simago en Avilés, en Fernández Balsera, su padre decidió dar un giro al negocio: "Decidió entonces abrir un bar con dos barras tipo a los que había entonces en Atocha (Madrid), de consumo rápido. Entonces empezamos a abrir muy temprano", manifestó mientras preparaba un café largo. Así estuvieron "unos sesenta años, tal vez un poco menos, no tengo del todo claras las fechas ahora mismo". Ademas de María Dolores, en el bar El Chicote trabajó al menos otra hermana, ya jubilada. Actualmente en el establecimiento trabajan seis personas con distintos tipos de jornadas laborales.

María Dolores Ibáñez dedicará ahora el tiempo libre a descansar: "Llevamos muchos años abriendo las puertas del Chicote a las seis de la madrugada". El Chicote ha sido el bar que ha vivido con más intensidad casi cualquier cambio habido en la plaza de abastos, a donde mira una de sus terrazas; ha sido punto de encuentro de taxistas, durante años con la parada a sus pies; punto de reunión de veteranos y de quedada, últimamente también de los más jóvenes de Avilés.

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