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Jugar mal las cartas: la opinión semanal de Covadonga Jiménez

Las consecuencias del exceso de confianza del gobierno de Avilés para sacar adelante la subida del agua y la reacción de la derecha a su intento de "desestabilizar" a la izquierda

Un momento del Pleno, este viernes en el Ayuntamiento de Avilés.

Un momento del Pleno, este viernes en el Ayuntamiento de Avilés. / Mario Canteli

Covadonga Jiménez

Covadonga Jiménez

Avilés

El gobierno de Avilés ha vivido su primera prueba de fuego (amigo) en el debate de las ordenanzas fiscales, el primero en el que los socios de Cambia Avilés funcionan formalmente por separado y los de Podemos actuaron como oposición que son, mientras IU defendió postulados que poco tenían que ver con su pasado reciente de la mano de los morados. Y el voto de Podemos, PP y Vox frenó la subida del agua y el alcantarillado, echando por tierra lo que el bipartito ahora huérfano de una parte de sus socios de la izquierda creía que tenía atado. Mal jugado.

Jugar mal las cartas

Jugar mal las cartas

Cuando se acerca la formulación de los presupuestos municipales, la concejala de Hacienda funciona con el mantra de que congelar impuestos supone un gran esfuerzo para un gobierno pero, en Avilés, subir el agua es una obligación legal (porque figura en el acuerdo suscrito con la empresa). Quizá por ese resquicio de tentar a la suerte, el gobierno jugó la carta equivocada de no buscar el respaldo de sus anteriores socios para cumplir con esa obligación, por contrato, de la subida anual, igual al IPC, en el recibo del agua. Y el riesgo de perderlo todo si el azar no acompaña se cumplió. Primer tropiezo con consecuencias desde la ruptura del bipartito avilesino, a principios de año.

Choca igualmente que algunos de los miembros de IU que defienden ahora desde el gobierno la subida del agua, siempre que no se realicen aportaciones extraordinarias a la empresa, sean los mismos que respaldaron al final del anterior mandato la campaña "El atraco del agua en Avilés". En este caso están por ver las consecuencias que acarrea su jugada.

La otra jugada con penalización fue el intento de reprobación a la concejala de IU Ana Solís en la que, si bien el planteamiento inicial, tanto de PP y Vox, advirtiendo de lo innecesario de llevar al debate plenario "malos modos" o "ataques" hacia quienes defienden postulados diferentes, se volvió en contra de la portavoz de los populares al emplear términos como "barriobajero" y "ruin" por lo que fue reprendida por la Alcaldesa. Otra carta mal jugada.

Llamativo fue igualmente el silencio del PSOE en la defensa de la concejala más allá de referirse al hecho de que en la bancada contraria no guste que en Avilés "haya política de vivienda" o de que la derecha únicamente trate de "desestabilizar" en el acuerdo de gobierno.

Tras el último pleno municipal, tal parece que los grupos mayoritarios de la Corporación han planteado estrategias incorrectas con consecuencias claras: para unos la suspensión de la subida del agua y, para otros, la falta de apoyos en la reprobación a una concejal del gobierno. La primera acarreará consecuencias para las arcas municipales a no tardar mucho. La segunda, si las tiene, serán de carácter político, y se verán a más largo plazo.

En plenas celebraciones de Halloween parece apropiado traer a estas líneas la expresión ser un fantasma, pero con la connotación que se le da en el mundo del ‘running’, donde el corredor que es un fantasma no es el que desaparece por la velocidad que imprime en sus zancadas, sino el que peca de falta de prudencia y moderación y acaba lastrado por su propio embuste.

Más imprudencias de otro pleno, en este caso, en el de Castrillón. Llevar al debate público el cierre del expediente de una denuncia por acoso hacia la exalcaldesa señalando la identidad de la persona que planteó esa denuncia cuando esta se encuentra fallecida no parece lo más pertinente, habida cuenta de que el asunto se estaba tratando desde la Comisión de Interior, donde se tenía conocimiento que la Inspección de Trabajo concluyó que no hubo acoso. Llama la atención asimismo los problemas de los comedores escolares que denunció el PSOE, por lo injustificado del servicio que, según explicó el portavoz, presta la empresa. "No es del siglo XXI", aseveró Iván López sobre el caso aislado de Raíces. Como decía Freud, el pasado se transforma, se adapta y se reescribe. El pasado no ha de ser excusa nunca de lo que se hizo (o hace) mal.

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