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Trazos callejeros que recalan en Rivero

Un colectivo de dibujantes itinerantes pinta a lápiz y en un bloc la fuente de Los Caños y la capilla: "Hacemos una crónica ilustrada de Asturias"

Un grupo de pintores urbanos, ayer, ante la fuente de Rivero, en plena faena.  | I. G.

Un grupo de pintores urbanos, ayer, ante la fuente de Rivero, en plena faena. | I. G.

Illán García

Rivero

Son "Urban Sketchers", término anglosajón para describir los "bocetos urbanos", y en Asturias cuentan con una asociación. Se dedican a dibujar y a retratar con lápiz y un bloc lugares emblemáticos de la región. Sentados en sillas o directamente en polletes eligen diferentes entornos, y ayer les tocó recrear una parte de Rivero, más concretamente, el de la fuente de Los Caños y la capilla anexa. Son miembros de la misma asociación y eligen conjuntamente los destinos, pero cuando llega la hora de dibujar, reina el silencio. "Solemos venir a Avilés una vez al mes, y a Villaviciosa y a Oviedo, en Gijón, como la mayoría somos de allí, pues lo hacemos cada quince días", explica Rafa Ayus, que habla del colectivo sin quitar la vista de la fuente, para no perder ningún detalle. "En Avilés ya estuvimos pintando el hórreo del Carbayedo, el Niemeyer, La Grapa...", prosigue Ayus, concentrado en su lápiz y en su bloc.

Rafa Ayus hace un boceto de la fuente de Los Caños de Rivero.

Rafa Ayus hace un boceto de la fuente de Los Caños de Rivero.

Fumiaki Kimura, que vive en Ribadeo (Lugo), tampoco quita ojo de su bloc y de la fuente, no se deja entretener por nada más, está plenamente concentrado. Participa en esta iniciativa por primera vez. Está sentado en una silla justo delante de Los Caños y dibuja cada centímetro con tanto mimo como esmero. María Jesús Álvarez lleva dos dibujos y no pierde la concentración mientras conversa. "Lo que hacemos se podría llamar crónica ilustrada", apunta no sin antes explicar que su afición al dibujo, a la pintura, "es mejor si es compartida". Las piezas que van creando las suben al Instagram del colectivo, que es internacional, pero que tiene un buen puñado de miembros en Asturias.

Unos se colocan debajo de los arcos, otros en plena calle y otros, en el entorno de la fuente. Cada uno retrata lo que les alcanza la vista y solo con un lápiz, con un "rotring" y si se da el caso, se pinta con acuarelas de colores para finiquitar la obra.

Mila García es extremeña de nacimiento y asturiana de adopción y muestra su pequeña caja de acuarelas. "Llevo pintando desde que era una niña", apunta García, que defiende este colectivo no solo por el arte sino también por la socialización que implica.

Y entre trazos, unos más gruesos y otros más finos, Rosa Domínguez tira de goma. Afirma que tiene que rehacer un "pico" de la fuente que se le había pasado. Y lo rehace casi al segundo, atenta a su obra, a su pasión por el dibujo callejero, que implica relajación, concentración, compartir, desarrollo artístico y de paso, turismo por Asturias.

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