José Luis López, CEO de Iturcemi: "Queremos evolucionar hacia las ingenierías de diseño: crecer es complicado"

José Luis López, en las oficinas de Iturcemi. | MARA VILLAMUZA

José Luis López es el consejero delegado de la ingeniería Iturcemi, que este año celebra sus primeros veinticinco años de historia. Atiende a LA NUEVA ESPAÑA en la sala de juntas de su sede central, en el polígono de la ría.
Están de cumpleaños.
En realidad fue el día 13: el Domingo Ramos. Ese día. ¿Quién nos lo va a decir? Pasa el tiempo.
¿Dónde estaba José Luis López hace un cuarto de siglo?
Estaba aquí. Era un pinín. Nació todo de una empresa que era de mi padre: Iturmo. Quisieron crear esto, una filial eléctrica y yo, que estaba empezando a ser director financiero cuando aquello, me tocó hacer todos los trámites, todo lo de Iturcemi.
La original, la de su padre, era una auxiliar de Arcelor.
Una auxiliar, sí.
Del montaje.
Esa es la descripción. Tenía un pequeño taller y montaje. Y eso lo fue hasta 2012. En 2012 la crisis era bestial e Iturmo se fue al carajo. Entonces fue cuando nos separamos. Iturcemi siguió. Y ahí ya decidimos apostar por la ingeniería.
Lo suyo eran soluciones eléctricas.
Soluciones eléctricas del montaje.
Tiraban cables.
Perfecto. Eso es: simplificando. Yo llegué en el 2012 –había estado fuera, trabajando en otro sector totalmente distinto–. Entonces compramos una empresa que estaba relativamente en crisis. Pero ahí sí ya apostamos por la ingeniería. Decidimos seguir haciendo lo antiguo, porque no renegamos, pero ya le aportábamos también ingeniería. Y ahí fue cuando empezamos el crecimiento. Aquella era una empresa pequeñita.
¿Cuántos eran?
En aquel momento, 23.
Y ahora son doscientos cincuenta, ¿no?
Doscientos cincuenta.
O sea, 10 veces más.
Diez veces más. Sí, sí, 250. Esto fue un proceso, pero también hay una decisión estratégica. Como dice: lo de tirar cable yo lo veía y digo, está muy bien, pero competir en eso difícil porque hay que ser más el rápido tirando el cable.
¿Vivieron una epifanía en esto de transformarse en una ingeniería?
No, no. Siempre es un mantra. A veces soy un poco pesado con eso. Digo: ¿En qué compites? ¿En qué quieres competir? El montaje era cuestión de bajar precios, costes. Era muy difícil. Entonces, ¿dónde de verdad veía que había una diferenciación? Pues era en la ingeniería. Entonces, poco a poco. Primero, ingeniería eléctrica. Luego, ingeniería de automatización. Luego, ingeniería de digitalización: la famosa industria 4.0. Eso fue en 2017. Luego volvimos un poco a la ingeniería mecánica también con otra empresa del grupo. Nos falta la civil, pero no tenemos intención.
¿Cuál fue el primer proyecto de esa ingeniería?
Fue en Arcelor. Sí, sí. Lo que pasa es que ahí había que competir en otro nivel. Al principio costó, costó mucho.
¿Qué querían los de Arcelor?
Pues cuando aquello eran cosas de grúas, pero ya tenías que hacer tú el diseño, la ingeniería. Fuimos poco a poco. Después nos metimos en otras cosas, pero fue todo poco a poco.
Arcelor tira de toda la economía de esta región y, por lo que me está contando, también de ustedes.
Tenemos un acuerdo con su Centro I+D para industrializar ciertas soluciones que tienen ellos. Desarrollan la idea, pero les falta el último toque, eso es lo que nosotros desarrollamos. Hace ya 5 o 6 años diversificamos un poco la cartera de clientes también por el riesgo que teníamos de estar dependiendo totalmente de Arcelor, aunque seguimos trabajando mucho para Arcelor. Encantados.
Arcelor está apagando máquinas en Europa.
Es en Europa. Trabajamos en España en todas las plantas de Arcelor. Y después algo en Europa: ahí estamos entrando poco a poco. En Dunquerque en Francia, en Gante lo intentamos, en Bremen, en Alemania.
¿Qué les da más dinero?
Bien, donde somos bastante fuertes es en proyectos que tengan un poco de todo. Quiero decir: desde la ingeniería eléctrica a la de automatización. Hoy en día también la digitalización. "Quiero que esto sea digital o captar el dato, analizarlo". Eso es muy importante y después tenemos una rama bastante fuerte industrial y después tenemos taller en Gijón, donde fabricamos los cuadros y los equipos y luego los montamos. Entonces, en esos proyectos somos bastante fuertes porque no suele haber ese conjunto de ofertas. Entonces nosotros las ofrecemos y el cliente queda mucho más tranquilo. Estamos haciendo un proyecto muy interesante en Azucarera, en Miranda de Ebro. Y es un proyecto de esos.
¿Y qué están haciendo allí?
Pues una planta también. Un proyecto de automatización. Están ampliando. En Miranda de Ebro llevamos años ya. Nos cogieron cariño. Lo hacemos bien. Nosotros lo que estamos tendiendo cada vez más es a ir a las fases primeras, casi a la fase en la que el cliente tiene la idea general.
Al necesito tal cosa.
O al queremos mejorar esto. Ahí es el paso en que estamos ahora.
¿Por dónde quieren crecer?
Es grave lo que está pasando en Asturias con las ingenierías grandes: eran las que antes hacían la ingeniería básica y después te subcontrataban a ti. Nosotros trabajamos mucho con esas empresas. En su día. Y bien.
¿Se ha acabado ese tiempo?
Nosotros estamos intentando participar ya en esa fase de realizar todo el proyecto. Las ingenierías tienen que priorizar su labor en el propio sector: hacer los proyectos. ¿Qué estaba pasando con estas empresas? Que cogían los proyectos y luego los subcontrataban por trozos.
¿Qué pasa en Avilés para que haya nueve centros de investigación?
Pues mire, es curioso. Nosotros estuvimos en Gijón. Vinimos para acá.
Iturcemi es un centro tecnológico
Sí, lo que pasa es que no tenemos el volumen para llegar a eso. Hay que tener 60 millones de cifra de negocios y nosotros no alcanzamos esos números.
Pero este "boom" de los centros tecnológicos les viene bien.
Totalmente.
¿Por dónde van sus perspectivas de crecimiento?
Tenemos el plan estratégico recién elaborado y no es el crecimiento. Más bien es un poco girar hacia... Que luego, sin querer, creces. Estamos con una cifra de negocio en torno a los 40 millones y nuestra idea es quedarnos por ahí, claro dependiendo de los proyectos que aparezcan. Si se hace el horno eléctrico de Avilés, crucemos los dedos, nosotros ahí tendremos mucho trabajo. Lo que queremos es evolucionar a lo que hablamos antes: hacia ingenierías de diseño, que las ingenierías ya básicas que las hagamos nosotros. Porque crecer es complicado. Y hay un componente que yo creo también está en todos los lados que es la necesidad de personal: porque no hay.
¿No hay personal?
De ingeniería se encuentra muy mal. Malamente. Nos estamos peleando todos por los pocos que hay.
¿Qué necesitan?
Ingenieros industriales, eléctricos o electrónicos. Mecánicos también. Necesitamos también de digitalización. Hace 25 años que era al revés: salías de la carrera y decías ¿quién me deja trabajar? Era así. Tú ibas a un sitio y decías: "yo quiero trabajar". Venga, vente para acá. Y ahora no, ahora es al contrario. Cambió el mundo. Cambió totalmente.
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