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Medicina curativa y eutanasia

Alternativas a una práctica vinculada a la eliminación de la vida

Resulta extraño y sorprendente que en pleno covid-19, se plantee la aprobación de la eutanasia, bajo el sofisma de muerte digna. La eutanasia es una actuación cuya finalidad es causar la muerte a un ser humano para evitarle sufrimientos, bien a petición de este, o por considerar que su vida carece de calidad mínima para que merezca el calificativo de digna. Así considerada la eutanasia es un homicidio, pues implica que alguien dé muerte a una persona, mediante un acto positivo o cuando omite la atención y cuidados debidos.

Según lo que se conoce de la nueva ley promovida por el gobierno social-comunista apoyado por los que compañeros de viaje de la moción de censura, defendida por la diputada asturiana María Luisa Carcedo, estaría basada en argumentos aparentemente muy sentimentales pero faltos del rigor moral más elemental como: el derecho a la muerte digna, expresamente querida por quien padece sufrimientos atroces. Otros argumentos capciosos son: el derecho de cada cual a disponer de su propia vida, en uso de su libertad y autonomía individual; la necesidad de regular una situación que existe de hecho, ante el escándalo de su persistencia en la clandestinidad: el progreso que representaría suprimir la vida de los deficientes psíquicos profundos o de los enfermos en fase terminal, ya que se trataría de vidas que no pueden llamarse propiamente humanas; así como una manifestación de solidaridad social que significa la eliminación de vidas sin sentido, que constituyen una dura carga para los familiares y para la propia sociedad.

La alternativa a la eutanasia no puede ser el llamado encarnizamiento terapéutico, que se llama así a la presunta actitud médica, que ante la certeza moral que le dan sus conocimientos de que las curas y los remedios de cualquier naturaleza ya no proporcionan beneficio al enfermo y solo sirven para prolongar su agonía inútilmente, se obstina en continuar en prolongar el tratamiento y no deja que el proceso de la enfermedad siga su desenlace natural.

Muy diferentes son los que en medicina curativa, se llaman cuidados paliativos: cada vez se siente más su necesidad en el tratamiento de algunas enfermedades graves y terminales. Se trata de la provisión de un cuidado total, activo cuando la enfermedad no responde a un tratamiento curativo.

Los cuidados paliativos se diferencian totalmente de la eutanasia, porque no adelantan ni retrasan la muerte; proporcionan liberación del dolor y otros síntomas molestos e integran los aspectos espirituales como la ayudas sacramentales y la ayuda psicológica: se orientan a hacer más soportable el dolor a las familias y hacer frente a la enfermedad y al duelo. Los cuidados paliativos son tanto la alternativa a la eutanasia como al encarnizamiento terapéutico.

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