La vida y la entrega del doctor José de Villalaín Fernández a Castrillón es todavía recordada por los habitantes del concejo con cariño y admiración. Villalaín fue médico, investigador, escritor y poeta en castellano y en asturiano, además de dibujante, musicólogo y gran científico, conocedor de muchos de los concejos de Asturias. Muy admirado y querido en el concejo por ser un facultativo campechano, cordial y excelente profesional. Buena parte de su obra, en castellano y en asturiano, está diseminada por periódicos y revistas de la época y una muestra de su producción en asturiano quedó recopilada en el libro Averamientu a la vida y obra de José de Villalaín Fernández, del que soy autora, publicado en el año 2001.
Ve la luz ahora su Topografía Médica de Castrillón, inédita hasta la fecha, un trabajo de gran valor para la historia de nuestro concejo, y por extensión para Asturias. Interesada en rescatar este documento para el municipio, tras formalizar las gestiones oportunas desde la Concejalía de Cultura que en aquel momento yo lideraba, nos lo enviaron amablemente, en formato PDF, desde la Biblioteca de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM), en el año 2012.
Firma Villalaín este tratado bajo el lema “Remis Velisque”, dejando constancia de su gusto por valerse, hasta en los más mínimos detalles, de sus conocimientos en distintas disciplinas.
“Ite citi, remis velisque impellite puppim”. (Id raudos, impulsad la popa tanto con los remos / como con las velas), verso de Silio Itálico (25-29 d. C-101-103 d. C; Púnica, Liber I, v. 568) del que entresaca Villalaín su consigna para presentar a la Real Academia Nacional de Medicina, su Topografía Médica de Castrillón, (1909). Elige este lema, “Remis Velisque”, para resaltar todos los esfuerzos –remo y vela, fuerza humana y ayuda divina– necesarios para llevar a cabo cualquier empresa. La expresión pasó a la posteridad como fórmula de manuales y del oficio de navegación.
Esta topografía Médica de Castrillón, primera que escribe Villalaín, la presenta a los Premios Roel, instituidos por la Real Academia Nacional de Medicina, que le otorga un accésit, como consta en el acta archivada en la citada Academia, documento al que accedí no hace mucho, gracias a la amabilidad de Nacho Díaz-Delgado Peñas, responsable del Archivo de la Biblioteca y Archivo de la Real Academia Nacional de Medicina de España, quien nos da fe de que el firmante de esta topografía, y con la locución Remis Velisque, es el doctor José de Villalaín Fernandez. La califican en el acta como “un trabajo importante en el que sin embargo se hallan algunos vacíos”. Vacíos que, sin duda, consideró nuestro doctor en las siguientes topografías presentadas, siete en total, (además de la de Castrillón). Por todas, fue merecedor de algún premio. Están dedicadas a distintos concejos de Asturias. Topografía Médica de Avilés, rubricada con el seudónimo “Ziviella” y por la que obtuvo Villalaín por primera vez el Premio Roel, en el año 1913; La dedicada al Concejo de Luarca, bajo el lema “Trechoria de Romadorio” por la que también se llevó un accésit, en 1920. Recibe otros dos accésit por las la dedicadas al concejo de Gozón, esta firmada como “Gatilera” y la que versa sobre el concejo de Carreño, que rubrica como “Estadoño”. Se hace nuestro autor con otros tres Premios Roel, a las topografías presentadas entre 1923 y 1930, dedicadas al Concejo de Illas, con la plica “Garciella enrabonada”; al concejo de Corvera, con “Angelín el del Casino” y al concejo de Soto del Barco, con “Los Quirotelvos”.
Estas topografías médicas representan un fundamentado y riguroso estudio, médico, social y hasta etnográfico y son de obligada consulta para conocer las características socio-sanitarias de los pueblos en los que realizó su investigación en aquella época.
Experto en Medicina que, por su afición a la botánica, llegó a atesorar la más curiosa y extensa colección de plantas medicinales de Asturias, ayudado por su amigo Blas Lázaro Ibiza, a quien Villalaín dedica la topografía Médica del Concejo de Illas. En sus testimonios no pierde de vista al botánico ilustre, ni deja en el olvido el célebre verso de Virgilio (Georgicon Liber II, v. 493): “Fortunatus et ille deos qui novit agresti” (Afortunado también aquel que conoce a los dioses campestres).
