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Juan García

El quiz

La necesidad de un pacto de Estado por la educación frente a los bandazos de gobiernos de diferente signo

Es seguro, que con los comentarios que a continuación podrán leer –si quieren–no vamos a dar solución al problema en el cual radica la prosperidad y buen gobierno de un país, pero sí intentar remover alguna conciencia, no del todo serena.

“Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñas”, decía el ilustre pensador y filósofo español Ortega y Gasset. Sí amable lector; sí. Intentaremos en las próximas líneas escribir sobre la educación en España.

Pues, aquí, en España, estimados amigos, y desde hace cientos de años, hacemos todo lo contrario al pensamiento de Ortega, con especial incidencia en las últimas décadas. Si preside un gobierno de derechas, adoctrinamos en modo derechas. Si gobierna uno de izquierdas, ni les cuento como es el tema. Pues les digo. Así, es una auténtica quimera, llegar a lograr la sostenible gobernabilidad de una nación como la nuestra. Es más, me atrevería a decir, que este método o manera de impartir educación tan mutante, con tantas cepas -expresiones éstas de plena actualidad- puede alcanzar hasta la médula de la propia idiosincrasia de un pueblo como el nuestro, hasta llegar a perder la propia y genuina identidad que nos define como españoles. Y eso a mí –no sé a ustedes– a mí, me da mucha pena. Párense a pensar por un momento en este punto lo que significan ocho leyes educativas en los últimos 40 años, como es el caso español.

Sin entrar en mucho detalle y a bote pronto opino, que es un auténtico despropósito cuando menos. Y lo tremendo de esta situación es que el gobierno de turno, dicta cátedra, alecciona e instruye sin la más mínima duda, en todo caso sin el menor sonrojo a quien obligatoriamente instruye y por ende, a terceros instruye. Ni caso como observaran, a la segunda parte del pensamiento arriba descrito del filósofo español, cuando recomienda que también “enseñes a dudar de lo que enseñas”. Y España es en este momento, como una torre de Babel, con un gobierno que intenta y no sabe que intenta y no puede, y así de negro es el futuro que nos queda por delante.

Y es que –ya estoy llegando donde quería llegar– estamos llegando queridos amigos, en mi opinión, a las entrañas de un régimen, al pilar fundamental en el que se sostiene cualquier gobierno en el mundo. Hemos llegado al quiz del sostenimiemto de los gobiernos. Dependiendo de cómo eduques a tu ciudadanía, así se verán reflejados los resultados cuando a las urnas les convoques. No hay más secreto. Créanme.

Es determinante, es casi imperiosamente obligatorio, un pacto de Estado por la educación en España para seguir afrontando el futuro. Todo lo que se siga haciendo, aunque lo hagan gobiernos en alternancia, será totalmente baldío; no habrá una base en la cual sustentarse, y sin esos cimientos sólidos, todo será inútil. Seguiremos con la venda en los ojos haciendo de tripas corazón, enterrando la cabeza en la tierra y esto será como el “cinexin” de los reyes magos: esto, no tiene fin. ¿Se dan cuenta con qué poco nos conformaríamos los españoles en pos del tan cacareado estado del bienestar? Lo único que pedimos a quienes nosotros pagamos sus nóminas, es que definitivamente se entiendan en esta materia, olviden sus intereses de partido, y pongan a nuestra nación a la vanguardia de la prosperidad del mundo.

Entiendo que debe de ser difícil no obstante, ya que, y ponemos un ejemplo, cuando una de las partes negociadoras en alguno de los libros de texto, invita a los propios alumnos a conocer mejor su cuerpo con el fin de sacarle más oportunidades de las que la propia naturaleza en su momento les dotó, es como si para haber llegado la historia hasta nuestros días, hubiéramos tenido necesidad la humanidad, de tal instrucción o semejante lección en los libros. En fin, “cosas veredes amigo Sancho”; acabo.

Parece mentira y a estas alturas del siglo XXI, tener que andar clamando por las esquinas: ¡déjennos sentir y pensar en libertad, por favor!

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