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Francisco Sánchez

Vita brevis

Francisco Sánchez

El rebaño

La vacunación contra el covid, sus diferentes velocidades y el objetivo final que persigue

En cuanto se puso el bicho chino a pasear por ahí haciendo de las suyas, las empresas farmacéuticas se pusieron manos a la obra, no para inventar un bálsamo de Fierabrás que lo eliminara, sino para crear una vacuna. Ya saben que una vacuna es una pócima o un preparado que estimula la producción de anticuerpos contra el bicho que produce una enfermedad y de esa forma se inmuniza al personal que lo ingiere o se lo inyecta.

Aunque usted no se lo crea, ya andan vacunando por ahí contra el bicho chino. Nos dijeron que para el verano ya estaría vacunado como el setenta por ciento del personal. Con ello ya se habría conseguido un efecto semejante a como si todo el mundo fuera inmune contra el murcielaguillo. Los políticos y sus expertos lo llaman inmunidad de rebaño. Ya ven cómo nos consideran: un rebaño. Y tienen bastante razón, porque el personal obedece y sigue a esos pastores como un rebaño de ovejas merinas o, si quiere usted mejor carne que lana, churras. San Juan de la Cruz podría ahora preguntarles: “Pastores los que fuerdes / allá por las majadas al otero, / si por ventura vierdes / aquel que yo más quiero, / decilde que adolezco, peno y muero”.

Mientras se alcanza esa inmunidad colectiva los que nos pastorean no se fían de los lobos, así que nos meten en el aprisco, prohibiéndonos de casi todo para que no salgamos de él. Oiga y eso que sus propias estadísticas dicen que la inmensa mayoría de los contagios se producen en el amable hogar familiar.

El caso es que ya se ha iniciado el proceso de vacunación, que se ha planteado como una carrera doble. Por un lado, batallan las ya numerosas empresas farmacéuticas que producen pócimas de esas que vacunan y que son de lo más diversas, que las hay desde que exigen dos pinchazos, hasta las que sólo precisan uno, pero que no valen para determinada gente. Por el otro, están los diferentes países y, dentro de algunos de ellos, como el nuestro, las comunidades y taifas que los integran, que parece que compiten en a ver quién de ellos llega primero a esa meta de la inmunidad de su rebaño.

Ya saben que los países que están en cabeza de vacunaciones son Israel, que ya ha vacunado al 60 por ciento de sus judíos, y los Emiratos Árabes, donde tienen vacunado al 40 por ciento de sus sarracenos ricos.

Siguiendo las estadísticas que se publican, uno se admira con resultados que matemáticamente serían imposibles. Por ejemplo, si usted ve el porcentaje de vacunas que se han inyectado de las que se han entregado a cada comunidad autónoma, van en cabeza de la lista Melilla y Aragón, que han puesto hasta hora el 109 y el 102 por ciento de las que tenían. ¿Cómo puede ser que hayan realizado ese milagro de poner más dosis de las que tenían disponibles? La solución del entuerto tiene que ser que en esos lugares se ha producido un milagro semejante al de la multiplicación de los panes y los peces. Pues sí, es que de los frascos en que venía la vacuna, que era para cinco dosis, pues han sacado otra más. Es exactamente lo mismo que los buenos escanciadores de sidra, que apurando sacan un culín extra. Quién iba a pensar que con estas cosas de los medicamentos, que parecen tan serias, en el fondo y al final, se hace lo mismo que en los chigres.

La media de personal vacunado en España es de un uno y pico por ciento, con lo cual y a ese mismo ritmo, el rebaño nacional no habrá alcanzado esa inmunidad hasta dentro de seis o siete años, siendo muy optimista. No se desesperen por ello, mis queridos lectores, porque en las Asturias de Oviedo la cosa va mucho más rápida, tanto que ya andamos por el 3 por ciento, aproximadamente. Así que, dentro de unos tres años, don Adrián Barbón, que es de Laviana, ya podrá sacar pecho y dejará de encerrarnos perimetralmente, permitiendo además que vayamos al interior de los chigres, a las casas de comidas, a las cafeterías e, incluso, a las discotecas y demás lugares de ocio nocturno. ¡Ánimo, colegas borregos del rebaño, que queda menos!

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