La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cabo Peñas, paisaje desprotegido

La defensa de un enclave natural y cultural que ha adquirido valor patrimonial, que fue tierra cerealista y es refugio de aves migratorias

Resulta evidente que la estrecha franja costera comprendida entre el faro de San Juan de Nieva y Punta La Vaca, integrada en la Red Natura 2000 debido a su alto valor paisajístico y cultural, como consecuencia de la fuerte presión antrópica a la que está sometida y de las erróneas políticas medioambientales llevadas a cabo por las diferentes administraciones, está condenada a convertirse en un macroparque-playa para las generaciones venideras.

Conviene aclarar primero que el concepto de parque-playa no es más que un eufemismo, pues no es sino un área de aparcamiento para todo tipo de vehículos. Ahí están Moniello, Bañugues o Xagón. Se tiende a reemplazar el asfalto por los adoquines de hormigón, más estéticos, pero igualmente lesivos para el medio ambiente.

Como ya señalamos en un anterior artículo, tanto el consejero de Medio Ambiente como el alcalde de Gozón incurren en una flagrante contradicción cuando, por un lado, anuncian la apertura del Centro de Interpretación de la Flora y Fauna del Cabo Peñas y, por otro, no han descartado la creación de un parque-playa en Verdicio. Fueron muchas las personas que apreciaron semejante paradoja. Pero, desgraciadamente, la clase política, a cualquier nivel, da muestras cada vez más de una mayor mediocridad cultural, echándose uno a temblar ante las medidas que pueda adoptar. El Centro de Interpretación, término también manido y desfasado, ha de ser un Observatorio, como en su día propuse al Alcalde, donde estén representados los diferentes ecosistemas existentes en la franja, entendiendo por ecosistema la relación habida entre el biotopo, es decir el sustrato físico, y la biocenosis, esto es, los seres vivos que encuentran hábitat.

La creación de un parque-playa en el segundo nivel de la rasa en Verdicio, invadiendo la ería de Arqués, antigua tierra cerealista que hoy día está ocupada por las gramíneas y forrajes, supone la destrucción de un ecosistema de campiña y la desaparición de numerosas colonias de aves. Los ornitólogos saben muy bien que las aves migratorias que descansan y repostan en sus desplazamientos estacionales se han reducido en un 75 por ciento. Esta primavera la población de pollos de mayo en las praderías de Verdicio no superaba el medio centenar. En Bañugues, tras la creación del parque-playa, prácticamente han desaparecido, pues la presencia humana perturba la tranquilidad de las aves que necesitan reposo.

Pero, además, el paisaje rural en Gozón, entendido como la combinación del paisaje natural (suelos, vegetación, clima) y el paisaje agrario o espacio trabajado (hábitat, campos de cultivo), es la expresión no sólo de una cultura sino de una civilización agraria.

En el caso de la ería de Arqués, pertenecía al monasterio de San Vicente, que la cedió en foro vitalicio por tres vidas (padre, hijo y nieto) al mayorazgo de la torre casa-palacio de Manzaneda. El hijo la vendió a comienzos del siglo XVIII a dos grandes propietarios. Estos ampliaron la superficie roturada y realizaron importantes mejoras en el predio. Cuando la vendió el hijo incurrió en decomiso, pero el monje abad del monasterio de San Vicente movió pleito contra los más débiles, recuperando el dominio directo de la ería por auto de la Real Chancillería de Valladolid. Los campesinos pasaron a cultivar las parcelas, desprovistas de cercas, en arrendamiento.

Todo esto ha dejado su impronta en el paisaje, que para nuestros políticos se reduce a lo que se ve a simple vista, pues no son conscientes de que se trata de un paisaje cultural que ha adquirido un valor patrimonial. El patrimonio se mima y se siente cuando se conoce. Resulta curioso que las aves de campiña que frecuentaban la ería, como las codornices, las calandrias o las panaderas boyales, sigan haciéndolo, aunque los cereales hayan dejado de cultivarse. ¿Dónde está el nicho de cultura que diferencia al hombre de los restantes seres vivos? ¿Acaso no es una contradicción la apertura del Semáforo de Peñas y la creación de un área de aparcamiento de vehículos en Verdicio?

Buscaremos amparo en la Unión Europea si la Consejería y el Ayuntamiento prosiguen con el proyecto de parque-playa en Verdicio, en una zona donde por no haber no hay ni saneamiento, pero que cuenta con figuras de protección como son Paisaje Protegido, zona de protección especial de aves (ZEPAS) y Red Natura 2000, además de otras.

Compartir el artículo

stats