Esta mañana desperté soñando sueños hermosos, soñé que en el mundo reinaba la paz, soñé que ya no había más guerras, y que en el mundo todo era unión, amor y amistad.
Soñé que las guerras se habían extinguido como se apaga un incendio y no queda ni un rescoldo porque el amor ha podido más que la venganza y el odio.
Soñé que la pandemia era algo que nunca existió, que pertenecía a otro mundo y a otra vida, algo que nunca ocurrió, y cuando me noté completamente despierta, ¡qué decepción!
Sentí que el corazón me dolía, porque en el mundo las heridas aún continuaban abiertas.