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Juan García

El arte del juicio sobre lo mundano

Encuentros de diferentes generaciones expertas en la “universidad de la vida”

Nunca pude llegar a imaginar, que unas costumbres tan ancestrales –como escasas en la actualidad– pudieran llegar a alcanzar en nuestros días tanto apego y compromiso. Son las tertulias. No son muchas efectivamente, pero en Avilés concretamente tienen aún su cabida y sostenibilidad, porque alguien –ya veremos quién– así lo pretende.

Desde luego –seguramente– distaran bastante, sin tener que remontarnos mucho tiempo atrás, de aquellas en la que uno, dos o tres de los tertulianos y gracias a la privilegiada memoria que les caracterizaba, servían como hoy sirve internet, hasta de tribunal de casación cuando se planteaba cualquier envalentonada discusión acerca de un determinado tema. La diferencia es obvia. Antes lo resolvía una persona leída, erudita y bien versada y hoy el tontín del pueblo con un terminal móvil en su poder y un buen manejo de dedos, emite un veredicto casi inapelable tras la consulta puntual y “on time” al légamo de la red de redes.

Pero, ¿de dónde viene el término “tertulia? Según cuentan en el siglo XVII se puso de moda referirse a Tertuliano en los cenáculos culturales de Madrid y, por asociación, se dio el nombre de tertulia a la parte del teatro donde se sentaban estos espectadores –hasta entonces llamada “desván”– y también a las reuniones de eruditos.

Un servidor, muy distante de ser un erudito –ni mucho menos– se siente refrendado con las palabras del padre Diego Calleja, también de aquella época, cuando sentenció: “[...] los que por alusivo gracejo llamamos tertulios, que sin haber cursado por destino las Facultades, con su mucho ingenio y alguna práctica, suelen hacer –no en vano– muy buen juicio de todo lo mundano”.

Así, en ninguna de las tres tertulias en las que participo en Avilés –también veremos cuales– es denominador común, titulación universitaria alguna, si bien algo lejos de ello, abundamos los que quedamos por el camino, y sí tenemos “universidad de la vida” para dar y tomar.

Y como todo en la vida, las hay antiguas –las tertulias me refiero– y de reciente creación. Incluso hay personas, que sin tener nada que ver unas con otras, participan de dos o de las tres, incluso de otras que aquí no se mencionan. Me referiré ahora a tres en las que uno participa, cada una de ellas con sus peculiares y genuinas particularidades.

Por darle un determinado orden a su enumeración, comenzaré por la más antigua. Por la que conocemos entre los tertulianos como la “tertulia del Eva”, que así se llama porque se celebra todos los días (de lunes a viernes) a media mañana en la cafetería Eva de Avilés. Un servidor, precisamente, no es de los habituales todos los días, pero por allí caigo de vez en cuando. Unos cuantos amigos entre los que a partir de hoy, a usted amable lector, podemos contar si le apetece, para comentar y hablar distendidamente en torno a un agua mineral (siempre y todos los días agua) que nos jugamos al final de la tertulia en disputadas partidas al conocido como “juego de los chinos” entretanto anteriormente hemos comentado sobre temas de actualidad y a veces no de tanta actualidad.

Se viene haciendo lo comentado desde el año 1963, siendo Fernando y Manolo sus socios fundadores que hoy siguen honrando con su presencia la tertulia. Luego vino Justo, Gabino, Jesús.

Hasta llegar a nuestros días, en los que uno comprueba la fuerza y garra de esta tertulia siendo capaces de juntar a algún tertuliano con 93 años y alguno de los nietos de éstos, con apenas 18. Qué enorme placer produce ver esta perfecta conjunción de tan distantes y distintas generaciones. ¿Saben lo que es en el fondo? Una cuestión de educación; simplemente.

Otra de las tertulias es la que semanalmente y en día martes, a partir de las ocho de la tarde y en Hotel Palacio de Ferrera, celebra la Sociedad Económica de Amigos del País de Avilés y Comarca y a la que –últimamente– acude un nutrido grupo de personas, que vienen incluso de fuera de nuestra comarca. Allí, sin ser la historia tema único del que se trate, sí que es en multitud de ocasiones, de los más tratados al venir alguno de los tertulianos a la reunión con temas para debate muy concretos.

Ni que decir tiene, que está usted amable lector invitado a asistir, sin más requerimiento ni requisito que estar en día y lugar señalados. Sigue siendo el agua mineral bebida predominante en la asamblea.

En una tercera tertulia a la que con menos regularidad asisto, es la que una vez al mes reúne en un domicilio particular, a un grupo de poetas que intercambia lecturas, consultas, trabajos en definitiva en torno a la poesía y la prosa. Extensiva es la invitación a este grupo, a personas que tengan algo que aportar.

A propósito y por finalizar. Si alguna empresa comercializadora de agua mineral, quiere y le apetece patrocinar alguna de nuestras actividades culturales, es muy fácil ponerse en contacto con nosotros. Ahí queda.

Que la Santina nos guíe y nos bendiga a todos.

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