Bendita sea la Navidad que ya se acerca a nosotros. Pienso en el Niño que nacerá, y piense en los dulces que comeré. El niño que nace se llamará Jesús, su madre se llama María, su padre se llama José y el recién nacido nos traerá la luz.
La Navidad se acerca, bendita sea. El tiempo corre que vuela y un día cualquiera, a la hora de la cena, una reflexiona cuánto ha cambiado todo en unos poquísimos días.
¿Por qué este lío tan grande? Porque la Tierra da vueltas y nos marea a todos con sus vueltas y revueltas; pero no hay que darle importancia, ni siquiera pensar en ello, estamos unas veces más lejos y otras más cerca del cielo.
Lo que sí estoy encantada es que iré aun gran comercio y compraré cosas ricas de esas de Navidad. Y, sobre todo, el turrón blando, y el de yema tostada y el mazapán. Y pondré en medio de la mesa al Niño Dios en la cuna porque entre las cosas hermosas, tanto como esa, ninguna.
Así que ya lo pensé todo. Todo listo y preparado y qué gran ilusión que tengo yo para este 24 de diciembre. Si ese día camino medio bien es el Niño Jesús bendiciéndome.
La Navidad se acerca, bendita sea.