La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Rodríguez

La Jira del 1 de mayo

Sobre los orígenes de la romería en el pantano de Trasona

Es una noticia muy agradable y deseada, anunciada por la Corporación municipal de Corvera, la reposición de la fiesta del 1 de mayo en el pantano de Trasona, en su 61.ª edición y con un programa amplio y atractivo de fiesta tras las dos ediciones perdidas por la pandemia declarada el 14 de marzo de 2020.

En su larga trayectoria, esta romería pasó por diferentes maneras de celebración: con carácter paternalista ejercido por Ensidesa al principio, dedicada a la advocación religiosa de San José Obrero con misas impartidas desde el hórreo y mas tarde, reivindicativa, como fiesta del trabajo. A partir del segundo año de celebración en 1960, la jira contó como siempre con excelentes deportistas de remo, profesionales y de amateur, una presencia que con los años fue derivando progresivamente en lo que es hoy el centro de alto rendimiento deportivo situado entre Entrevías, Gabitos y La Consolación.

Uno de los cambios había sido el publicado el 2 de mayo de 1999 en LA NUEVA ESPAÑA titulado “La fiesta del pantano recupera con gran éxito su fecha tradicional de celebración”, y en el primer párrafo del artículo de Jesús González dice lo siguiente: “El buen tiempo acompañó la jornada festiva del pantano de Trasona. Tras varios años en que se había retrasado a junio la fecha de celebración de la tradicional jira campestre para evitar así el mal tiempo, la vuelta al 1 de mayo ha supuesto todo un éxito, a pesar de un tímido y pasajero reencuentro con el agua. La mañana discurrió apacible y hasta calurosa, lo que animó a miles de personas a acercarse a las inmediaciones del embalse para disfrutar de una jornada festiva”.

La jira al embalse de Trasona fue instaurada el sábado 1 de mayo de 1959 como fiesta campestre dedicada a la exaltación religiosa de San José Obrero con la celebración también de una misa de campaña en la plaza Mayor de Llaranes oficiada por el obispo auxiliar de Oviedo.

La revista “Ensidesa” de mayo de aquel año daba una amplia referencia de los acontecimientos de aquella jira primera que llegó para quedarse. Daba la cifra de 10.000 romeros los cuales disponían de tres puestos de avituallamiento atendidos por 51 dependientes, los cuales sirvieron a precios moderados comidas y bebidas continuamente, y daba cifras de los artículos despachados: además de cientos de bebidas refrescantes, 876 botellas de vino, 3.168 de sidra, 588 bollos con chorizo, 1.080 bocadillos de lomo y 900 de jamón.

Compartir el artículo

stats