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Milio Mariño

Malversar la decencia

La limpieza de la actividad política

Como todo lo que no se limpia, la política ha ido llenándose de porquerías y necesita una limpieza con todas las de la ley. De una ley más severa y unos jueces que se arremanguen porque no vale con pasar el plumero y ya está. Hay que limpiar a fondo; cosa que no se hizo a pesar de que había mierda para aburrir. Las tarjetas black, las cajas B, el caso Gürtel, el caso Malaya, Lezo, Púnica, Pokemon, los ERE, Puyol, el Emérito, Urdangarín…

Suciedad la que ustedes quieran. Ganas de hacer limpieza, ninguna. Al contrario, lejos de pelear por adecentar la política quienes levantan la voz son los partidarios de barrer para casa, los que defienden que hay una corrupción disculpable o justificable, cometida en nombre de una buena causa, y otra que sí merece sanción penal.

Tamaña desfachatez no imaginaba que pudiera ocurrírsele a ningún político y menos a los que presumen de ser de izquierdas. Pero, para muestra, ahí tenemos a Margarita Robles despachándose con esta perla: "No es lo mismo el corrupto que se lleva el dinero a su bolsillo que aquel que no se lo lleva".

Estupendo Margarita. Lo que acabas de decir se apoya en la escalofriante idea de que la corrupción no es mala, solo depende de cómo se haga. Plantear que se reduzca el delito por malversar dinero público es un despropósito de tal calibre que debería caerle la cara de vergüenza a quien lo proponga.

Al final, no creo que se atrevan. Han lanzado la idea por si estábamos distraídos y colaba, pero la gente no es tonta ni se despista tan fácilmente. Todo el mundo sabe que sedición y malversación no tienen nada que ver y jugar la carta de su homologación con Europa es hacer trampa. El delito de sedición está bien suprimido porque nos equipara con otros países, pero si queremos homologarnos, por lo que a la malversación se refiere, podemos tomar como ejemplo el código penal francés, que castiga este delito, y su tentativa, con una pena de diez años de prisión y una multa de un millón de euros que puede aumentar hasta llegar al doble del dinero defraudado. No distingue si hay lucro personal o no. El que la hace la paga y lo paga. Cosa que aquí, lo de pagar, adiós muy buenas.

No esperaba, ni de broma, que Unidas Podemos, Esquerra Republicana y, por supuesto, el PSOE, estuvieran en el ajo de rebajar las penas por malversación. Se me hace de un cinismo y una cara como el cemento que intenten compatibilizar esa propuesta con la idea de una sociedad decente.

Si hay algo que debemos hacer con el delito de malversación es ampliarlo. Es que el Código Penal incluya la responsabilidad patrimonial de los partidos políticos ante los posibles casos de corrupción que afecten a los representantes que han nombrado. De esa manera, si los partidos tuvieran que pagar los desmanes de sus representantes, se recuperaría hasta el último céntimo de lo robado y se obligaría a que adoptaran mecanismos para mejorar la selección de las personas a las que van a situar en cargos de responsabilidad.

Tal como están las cosas, malversar dinero público le sale barato al malversador y muy caro al contribuyente. Si se rebajara el delito, si malversar saliera gratis, se estaría malversando la decencia y absolviendo la corrupción.

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