Crítica / Teatro

El dramaturgo y la cantante

El guion de "Lorca por Saura" hace agua, aunque India Martínez canta tremendamente bien

Saúl Fernández

Saúl Fernández

Natalio Grueso, que ahora es dramaturgo y que antes fue director general del Centro Niemeyer y, entre medias, condenado a una pena de ocho años de cárcel por los delitos continuados de malversación de caudales públicos, falsedad documental y por un delito societario por su gestión al frente de la institución cultural del Principado, es el autor de "Lorca por Saura", que es un café cantante con ínfulas de obra póstuma (de su director, que es Carlos Saura), que se vio antes de anoche (y también ayer por la tarde) en el teatro Palacio Valdés, que es otra institución cultural avilesina, aunque esta vez administrada por el Ayuntamiento de Avilés, patrono del complejo cultural malversado por el ahora dramaturgo, según señala la Audiencia Provincial de Oviedo en una sentencia de junio de 2020 que está en revisión desde hace unos meses en el Supremo.

El exdirector del Niemeyer y de los teatros municipales de Madrid es el responsable de un texto singular: una especie de vida de San Federico García Lorca escrita con un poco de aquí y otro de allá; un guion de fiesta de fin de curso en el "insti", un espectáculo cocinado para que India Martínez cante (tremendamente genial, no cabe duda) y cante mucho y también para que Saura se despida con su nombre asociado al escritor español más aplaudido del siglo XX (a Lorca). Y todo esto estaría bien si no fuera porque Grueso es quien escribe.

Vamos por partes: Lorca se fue de vacaciones un verano a Cadaqués, a casa de Dalí, pero allí hubo algo más que semanas reparadoras y cómicas a orillas del mar: hubo amor y ese amor tomó forma de cartas (no las ha consultado Grueso). En "Lorca por Saura" el poeta está en Buenos Aires con la compañía de Lola Membrives y luego regresa a España y estalla la Guerra y lo fusilan. Y hubiera sido dramáticamente perfecto si no fuera que cuando estuvo Lorca en Argentina fue 1934, es decir, dos años antes del golpe de Estado del 18 de julio, dos años tremendamente productivos: los de "La casa de Bernarda Alba", los de "Poeta en Nueva York" (que salió después de su muerte), los de "Así que pasen cinco años"… Lorca es el principal poeta de una generación principal: la del 27, la que se formó en diciembre de aquel año para honrar a Góngora, sí, la de Alberti, Alonso, Salinas… Eso se le olvidó a Grueso. Y es una lástima. Como también pasa de largo por la historia común que Lorca y Rafael Rodríguez Rapún (la chica de la escena de La Barraca comenta juntando los dedos índice de ambas manos que Lorca y Rapún están juntos y ya está). Rapún es la inspiración de los "Sonetos del amor oscuro".

Sale también Luis Buñuel como salido de la serie clásica "Lorca: muerte de un poeta". Y salen definiciones poéticas de primero de BUP como: "La poesía no conoce fronteras" o "La música es el lenguaje universal". También Grueso define el teatro en "Lorca por Saura", pero eso se me ha olvidado.

Se da la paradoja de que eligen que India Martínez vista "simbólicamente" de rojo todo el tiempo menos en una escena (la de La Barraca), donde se pone un mono azul de "obrero del arte". Y no sé por qué ahí el "simbolismo" ese sangriento no sirve. "Lorca por Saura" fue muy aplaudida. Me da que por poder escuchar a India Martínez cantando "Verde que te quiero verde". Y eso. De verdad.

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