Opinión

Avilés

Ante la celebración del día del Medio Ambiente

Aumenta la preocupación de los españoles por el medio ambiente

Aumenta la preocupación de los españoles por el medio ambiente / Agencias

Mañana, como cada 5 de junio, se celebrará el Día Mundial del Medio Ambiente. Frente a los habituales discursos, sean grandilocuentes, apocalípticos o negacionistas residuales, todos ellos olvidados al día siguiente, ahora que empieza un nuevo tiempo en la política municipal, es momento para centrarse en lo cercano y mejorar el entorno en el que vivimos.

Nadie sensato niega el impacto de la actividad y el progreso de la sociedad en el clima y el medio ambiente. Hace tres mil años no existía este problema. Nuestra ventaja sobre los humanos de entonces es que tenemos conocimiento y medios para intentar que dentro de otros tantos años siga existiendo vida humana en el planeta.

Avilés tiene las condiciones necesarias para ser una de las ciudades más habitables de nuestro país, a pesar del inevitable efecto de la industria. Además, es una necesidad. Nuestro perfil demográfico requiere aumentar los espacios verdes y una transformación radical de la movilidad urbana, pensada para personas que ya no usan vehículo privado, que necesitan caminar por entornos atractivos y saludables y que no deben quedar confinados en su barrio por carecer de medio de transporte público ágil, asequible y que no emita gases ni ruidos.

Aunque en el norte aún se mantienen las temperaturas agradables en las noches de verano, cada vez serán más los días de elevada temperatura diurna, acumulándose calor en asfalto, fachadas y tejados. Este calor se liberará durante la noche haciendo que la temperatura descienda menos; este fenómeno, ya validado en las grandes ciudades, nos afectará en pocos años. Es necesario atenuar la acumulación de calor diurno aumentando las zonas de sombra y las cubiertas vegetales que, además de reducir la temperatura son magníficos intercambiadores de CO2 atmosférico. No hace falta llenar de macetas los balcones, nos llega con aumentar el arbolado en los espacios disponibles de aceras, plazas y jardines, convertir los paseos en bulevares y reducir la movilidad en el vehículo privado.

Y ya de paso, dando por hecho que seguirán aumentando las zonas peatonales, habrá que tener en cuenta que las personas mayores levantan menos el pie al caminar, muchas usan bastón y cada vez son más las que necesitan silla de ruedas. Por tanto, aunque no sean los pavimentos originales de hace doscientos años, es necesario diseñar las superficies de plazas, aceras y pasos de peatones para que las personas con limitaciones puedan desplazarse con seguridad y disfrutar del paseo por la ciudad, facilitando así una vida más saludable e integradora socialmente.

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