Opinión | El Rincón de la Ley

La amenaza global

Los impactos de la victoria de Trump en España y el mundo: populismo, negacionismo y conflicto

La reciente victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses podría tener consecuencias graves para España y el resto del mundo. En un escenario global marcado por conflictos y crisis, el retorno de Trump al poder representa una amenaza para la democracia y el Estado de Derecho, además de impulsar los populismos en Europa. Desde la economía hasta los derechos humanos y las relaciones internacionales, la influencia de un segundo mandato de Trump plantea riesgos considerables para la estabilidad mundial y el bienestar social.

La política económica nacionalista y proteccionista de Trump es una de las mayores preocupaciones para España. Durante su primer mandato, los aranceles impuestos a productos europeos afectaron gravemente a sectores clave, como el agroalimentario y el industrial. Con su reelección, la posibilidad de reactivar o endurecer estos aranceles amenaza directamente a las exportaciones españolas de productos como el aceite de oliva, el vino y los productos cárnicos. Estas medidas perjudicarían tanto a los productores como a las pequeñas y medianas empresas, que dependen del comercio internacional, y tendrían un impacto negativo en la economía española.

La postura de Trump en política exterior es otro elemento preocupante. Su relación con líderes autoritarios, como Vladimir Putin, los ayatolás de Irán y Kim Jong-un, se caracterizó por una retórica agresiva y decisiones unilaterales. En un contexto actual donde se agravan los conflictos en Ucrania y en Israel-Palestina, el regreso de Trump podría desestabilizar aún más el escenario internacional. Como miembro de la Unión Europea y de la OTAN, España podría verse envuelta en estas tensiones, o incluso arrastrada a conflictos diplomáticos o militares, en caso de una escalada en las hostilidades.

En el ámbito de los derechos humanos, la agenda de Trump es un retroceso en temas como inmigración y aborto. Sus políticas migratorias durante su primer mandato endurecieron las restricciones para refugiados y migrantes, promoviendo un clima de hostilidad que se extendió a Europa.

Este tipo de políticas han sido fuente de inspiración para movimientos de extrema derecha, que ganan fuerza en varios países europeos, incluyendo España. La xenofobia y la exclusión se ven alimentadas por la retórica antiinmigrante, y la influencia de Trump en este sentido podría reforzar aún más estos movimientos.

El retorno de Trump también representa una amenaza a los derechos reproductivos. Durante su primer mandato, el apoyo a grupos antiaborto y a políticas restrictivas puso en peligro los avances alcanzados en los derechos de las mujeres.

En Europa, donde aún hay países que debaten sobre este tema, esta postura podría fortalecer los esfuerzos de movimientos que buscan recortar estos derechos, afectando también a España.

Por otro lado, el negacionismo climático de Trump es una amenaza para el medio ambiente. Durante su anterior presidencia, retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París y promovió el uso de combustibles fósiles en detrimento de las energías renovables. Esta postura tiene implicaciones globales, ya que Estados Unidos es uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero.

En España, la crisis climática es una realidad palpable, con fenómenos extremos como la reciente dana, que se ha intensificado un 15% debido al cambio climático y ha duplicado su probabilidad de ocurrencia. La adopción de políticas ambientales regresivas en Estados Unidos complicará aún más los esfuerzos globales para mitigar estos fenómenos, afectando tanto al medio ambiente como a la población española.

El triunfo de Trump envía también un mensaje preocupante a Europa, donde los movimientos populistas y de extrema derecha están en ascenso. El apoyo simbólico y práctico que Trump brinda a estos movimientos es un incentivo para líderes europeos que promueven agendas de odio y exclusión, como Marine Le Pen en Francia o Santiago Abascal en España. Este respaldo podría consolidar el avance de estas ideologías, erosionando los valores democráticos y la cohesión social en Europa.

La elección de Trump también refleja una peligrosa inclinación hacia el autoritarismo. Estados Unidos, en estas elecciones, tuvo la posibilidad de elegir a su primera mujer presidenta, una ex fiscal con experiencia en servicio público, o bien a un expresidente de 78 años con un historial de escándalos y juicios políticos.

El electorado optó por la figura que representa lo imprevisible y antisistema. Este cambio en el electorado estadounidense plantea interrogantes sobre el futuro de las democracias y sobre la influencia que estas decisiones tendrán en Europa. En España, la llegada de figuras populistas al poder podría desencadenar consecuencias similares, debilitando las instituciones y generando divisiones profundas en la sociedad.

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