Opinión

Final nunca

Semblanza a un gran amigo apasionado del arte, con una vida plenamente dedicada a la cultura

El título de uno de sus poemarios, publicado en 1996, es el marco perfecto para ilustrar esta rápida y dolorida semblanza del que era, ante todo y sobre todo, mi gran amigo.

Al igual que en el arte, sin duda su pasión esencial, es necesaria la perspectiva para entender la profundidad de toda una vida dedicada a la cultura.

En primer lugar a la de su amado concejo, Castrillón, donde ha dejado vestigios materiales de sus conocimientos, amplitud de miras y visión de futuro, como son el Centro Cultural Valey y la Biblioteca Pública de Piedras Blancas.

Desde que asumió la Dirección del Patronato Municipal de Cultura en 1986, puso a su servicio enteramente sus grandes dotes de gestión, su capacidad intelectual, su mente brillante, su infinita curiosidad por aprender.

Se están publicando estos días y seguirán apareciendo maravillosas y diversas loas a su labor en los ámbitos de la literatura, el arte, la crítica, la gestión cultural, ya que en todos ellos ha dejado una legión de admiradores y amigos.

Por eso yo prefiero ceñirme al aspecto humano, ese que yo he tenido el privilegio de disfrutar desde que entré a formar parte del Patronato como responsable de la biblioteca de Salinas en febrero de 1992.

Su acogida, hoy la recuerdo con renovada emoción, fue como la de tantos compañeros que estos días la expresan del mismo modo, afable, comprensivo con la inexperiencia, siempre apoyando, protegiendo, advirtiendo de posibles errores e incluso peligros. Estoy definiendo realmente a un maestro, un padre, un hermano, un gran amigo.

Nos ha hecho partícipes en estos años de muchos de sus proyectos, contando con nuestra opinión, escuchándonos con verdadero interés, compartiendo con nosotros esa senda de una cultura necesariamente independiente de cualquier otro interés ajeno a ella. En ese trayecto hemos vivido momentos duros, conflictos que llegaron inconcebiblemente al ámbito de lo personal. Y ahí aprendimos con él una de las lecciones que nos ha dejado más huella, la unión y el sentimiento de pertenencia a una familia.

Ayer, velando su cuerpo en el tanatorio con su familia de sangre, comprobamos con verdadera emoción que lo somos y que Jaime siempre estará con nosotros dándonos esa fuerza y esa pasión con la que seguiremos rotulando la senda ya tan honda que nos ha trazado.

Vida fértil. Final nunca.

Tierra

Esos gusanos vuélvennos

fértil

ese abrazo

hondo

("A línea con la tierra", 1992)

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