Opinión | el gasómetro

Los Reyes no son los padres

No, no lo son, pero no perdamos por ello la ilusión de que nuestros mejores deseos se cumplan en el año que está próximo a comenzar. No todos los deseos podrán venir sobre los tres camellos de la ilusión, algunos dependerán de quienes, sin ser los Reyes Magos, tendrán sobre su mesa la posibilidad de hacerlos realidad.

Despejar las incertidumbres sobre la siderurgia estará entre las principales expectativas para el año nuevo; cansados de sucesivas reconversiones, habrá que rearmarse nuevamente para seguir reconstruyendo la comarca en torno a nuestro mejor saber y hacer. Junto a la industria, en los niveles macro hay que situar la cultura y el patrimonio como atractores de riqueza y generadores de posición ante los observadores, sean inversores o visitantes.

Descendiendo a lo más concreto, ojalá la reordenación del transporte urbano permita integrar los barrios con el centro y entre sí, a la vez que continúa impulsando el cambio de uso desde el vehículo privado hacia el transporte público. En el marco cultural, es una necesidad que el Centro Oscar Niemeyer sea algo más que un contenedor de exposiciones y se convierta, aunque lo dudo, en un foco de atracción de eventos culturales de mayor alcance; cada año languidece un poco más sin que nadie dé un golpe en la mesa para cambiar su rumbo.

Por otro lado, Avilés, a la cabeza del envejecimiento poblacional, tiene el reto, y la oportunidad, de convertirse en vanguardia en la respuesta urbanística, cultural y de ocio centrada en las personas mayores y, especialmente, en la atención a los problemas de quienes ya han superado las siete décadas de vida, haciéndolo desde un enfoque intergeneracional e integrador, con acciones que hagan realidad la apuesta por la continuidad en el propio domicilio, frente a la solución residencial habitual; para ello es obligado redefinir las ayudas, diseñadas hace dos décadas en otro contexto, para facilitar la presencia de cuidadores domiciliarios, uno de los nichos de generación de empleo reconocidos por todos los expertos, aunque eso requiere un acuerdo con otras administraciones.

No quisiera cerrar esta particular carta "a quien corresponda" sin mencionar el proyecto del centro asociado de la Universidad de Nebrija, porque, durante la próxima década, el déficit de enfermeras seguirá superando la capacidad de formación de las universidades públicas españolas.

Dicho lo anterior, me llega con mantener dentro de un año la salud y ánimo actuales.

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