Opinión

El valor de la política y las instituciones

En estos tiempos convulsos, de cuestionamiento de las instituciones y de minusvaloración de la acción política y de la gestión de los representantes públicos, recibo con especial satisfacción la noticia de que el Teatro Palacio Valdés de Avilés ha sido distinguido con la Medalla de Oro de la Academia de las Artes Escénicas de España.

El valor de la política y las instituciones

El valor de la política y las instituciones

Es una distinción que reconoce la trayectoria y el prestigio del centenario teatro avilesino que, desde su reapertura en 1992, ha logrado convertirse en un referente en la escena teatral española. Supone también un espaldarazo a la política teatral del Ayuntamiento de Avilés.

La Medalla fue recogida este lunes por la alcaldesa Mariví Monteserín, acompañada por la concejala de Cultura, Yolanda Alonso, en otro gran odeón español, el vallisoletano Teatro Calderón. Fue en una gala especial en la que también participó Antonio Ripoll, exdirector de la Casa Municipal de Cultura y excelente programador teatral cuya huella sigue presente tanto en la caja escénica del Palacio Valdés como en la del auditorio del Centro Niemeyer.

Como exalcalde de Avilés, quiero aprovechar este merecido galardón para recordar el contexto que ha permitido que una institución del alcance de la Academia de las Artes Escénicas de España haya elegido nuestro teatro, el Palacio Valdés de Avilés, como destinatario de su más alta distinción.

En este contexto juegan un papel determinante e imprescindible las instituciones públicas. Quiero hacer hincapié en que el resurgimiento del teatro de sus ruinas, su recuperación y su reinauguración en 1992, fue posible gracias a la buena política, a la determinación del Gobierno municipal y de toda la Corporación y a la colaboración entre instituciones (Ayuntamiento de Avilés y Ministerio de Infraestructuras dentro del programa nacional de rehabilitación de teatros).

Quiero insistir en este mensaje de reivindicación de la buena acción política, fruto de un compromiso ya manifestado por la primera Corporación municipal democrática (1979-1983) encabezada por el alcalde socialista Manuel Ponga Santamarta.

Logrado el hito de su apertura, recuerdo que nuestra principal preocupación –la mía como alcalde y la de la entonces concejala de Cultura, la hoy alcaldesa Mariví Monteserín– era cómo ofrecer una programación sostenible cultural, social y económicamente para llenar de contenido el escenario y de público las butacas del Teatro Palacio Valdés.

En el tiempo transcurrido desde entonces, ha quedado clara la excelencia en la programación escénica del Palacio Valdés y nos felicitamos y felicito por ello a los diferentes gobiernos municipales.

Merecen una mención especial los concejales y concejalas de Cultura, acompañados por Antonio Ripoll, que impulsaron una programación de calidad que pronto se ganó el respaldo del público así como el respeto y el reconocimiento del conjunto del sector teatral español.

Es evidente la excepcional respuesta de los espectadores que han respaldado de manera continuada y contundente la programación ocupando, representación tras representación, esas butacas que tanto nos preocupaba llenar. Sin esta respuesta ciudadana, todos los esfuerzos anteriores habrían sido en vano y es de justicia reconocerlo: una parte de esta Medalla es también, ¡cómo no!, para los espectadores.

Hoy, el público avilesino -enriquecido por amantes del teatro de toda Asturias y de otras partes de España– es un público muy formado y con espíritu crítico. Así lo perciben muchas compañías teatrales que –con sus excelentes planteles de dramaturgos, actores y personal técnico– cada año escogen el Palacio Valdés como espacio estratégico para estrenar sus producciones sabedoras de que la reacción de la audiencia avilesina es el mejor termómetro para su trayectoria futura en el resto de España.

Termino como empecé, convencido de que sin la buena política y la colaboración institucional el Teatro Palacio Valdés no sería lo que es hoy y no habría sido posible la distinción que la Academia de las Artes Escénicas de España acaba de concederle. Máxima que también es de aplicación al otro gran teatro avilesino, el del Centro Niemeyer, que ha contribuido a hacer crecer en calidad y cantidad la oferta escénica de Avilés.

Estoy seguro de que esta medalla servirá de impulso a la actividad teatral en Avilés, que seguirá emocionándonos, y a la que auguro un excepcional futuro en consonancia con el camino recorrido hasta ahora.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents