Opinión

Suena la Semana Santa

La apuesta por hacer de las celebraciones de la villa una fiesta de Interés Turístico Nacional

Unos toques de tambor y corneta, algunos más graves y otros muy largos, componen uno de los sonidos más sobrecogedores de la Semana Santa avilesina. Esa peculiar llamada a acompañar a las hermandades de la ciudad y sus monumentales pasos atrae cada año a miles de fieles y visitantes a la villa que buscan sumergirse en una mezcla de fervor, solemnidad y el inconfundible escenario del casco histórico de Avilés como telón de fondo.

Esta festividad declarada fiesta de Interés Turístico Regional aspira también al reconocimiento de fiesta de Interés Turístico Nacional. Los primeros pasos han sido que la Junta de Cofradías y el Ayuntamiento han puesto en marcha una página web y se ha diseñado un escudo de armas. Su arraigo y tradición hacen que unos 2.000 cofrades, entre las ocho hermandades locales, mantengan vivo uno de los ejemplos más enraizados de religiosidad popular.

Por eso, no es de extrañar el ansia por lograr esa nueva etiqueta. Desde que el 24 de marzo de 1948, fecha en la que la Cofradía de San Juan salió a la calle por primera vez, hasta la actualidad, los avilesinos no han faltado a su cita con las procesiones de manera ininterrumpida, recogiendo la tradición de hermandades y procesiones que se organizaban en el concejo desde el siglo XVII. Del Domingo de Ramos al Sábado de Gloria, la villa se rinde al fervor de su Semana Santa.

Si desde el primer momento ha sido notoria la voluntad municipal para hacer realidad el deseo de lograr esa declaración de fiesta de Interés Turístico Nacional, por delante queda un largo camino para hacer ver que la tradición religiosa de la Semana Santa que se refleja en las calles de Avilés con procesiones que recorren el casco histórico de la ciudad entre soportales, plazas y palacios bien merece un extra de reconocimiento.

La etiqueta de fiesta de Interés Turístico Nacional tiene en cuenta la antigüedad, continuidad en el tiempo, arraigo y participación ciudadana, así como la originalidad y diversidad de los actos y las acciones promocionales realizadas. Sería la de Avilés, la primera Semana Santa de Asturias con esta denominación. Así pues, bien merece pisar el acelerador y que la promoción y proyección exterior sea idéntica a la que han alcanzado otras citas de renombre en la villa como el Antroxu o la Comida en la Calle del lunes de Pascua. Eso sí, conviene no caer en el grandonismo de llevar idéntica aspiración para todas las fiestas locales. El Ayuntamiento ha hecho público recientemente que quiere lograr también para el Descenso de Galiana la declaración de fiesta de Interés Turístico Nacional. Hasta el festival del oricio de Bañugues quiere ahora ser fiesta de interés turístico.

Movilización por la industria

Más allá del capítulo festivo, la reelección, esta semana, de José Manuel Baltar como secretario comarcal de CC OO ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de defender el ADN industrial de la comarca avilesina. Puerto, gobierno local y sindicatos coinciden en la prioridad por defender esa singularidad de este territorio. No erró Baltar cuando defendió como lema para esa movilización "Nuestra industria es nuestro futuro".

Y en un momento de cambio como el que estamos viviendo conviene unir fuerzas de la parte sindical, de los ayuntamientos de la comarca y del Gobierno del Principado para construir ese futuro para la industria.

Defender nuestra industria no es solo defender nuestra comarca, sino también defender España.

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