Opinión

teresa domínguez murias

Una defensa de la Justicia desde Avilés

El respeto institucional hacia uno de los pilares de la democracia

Crecí viendo series como "La Ley de Los Ángeles" o "Ally McBeal", soñando con una profesión que mezclara vocación de servicio y pasión por la justicia. Hoy, con orgullo, ejerzo la abogacía. Desde un perspectiva jurídica y política afirmo con rotundidad que estamos ante un momento de especial gravedad institucional en España: la independencia judicial está en riesgo, y en Avilés lo estamos viviendo con una intensidad preocupante.

La política no puede colonizar la justicia.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha cruzado líneas rojas. La reciente reforma impulsada por el ministro Bolaños no solo ha generado rechazo: ha provocado la movilización pública de jueces y fiscales, una estampa hasta hace poco impensable en nuestra democracia. Que los servidores del Poder Judicial se vean forzados a salir a las calles para defender su independencia es la evidencia de que algo está fallando gravemente en nuestro sistema.

La separación de poderes no es negociable. Lo dice el artículo 117 de nuestra Constitución y lo exige el Estado de Derecho. Los jueces no pueden ser subordinados del Ejecutivo, ni la Justicia una herramienta al servicio del relato político.

En avilés la justicia se asfixia.

Pero este debate, aunque de raíz institucional, tiene una manifestación cotidiana, tangible, concreta: en Avilés, la Justicia se está quedando sin aire.

La Memoria Judicial 2024 del Tribunal Superior de Justicia de Asturias lo deja claro: todos los juzgados de nuestro partido judicial han superado el módulo de entrada de asuntos fijado por el Consejo General del Poder Judicial. Es decir, trabajan por encima de su capacidad técnica y humana. Y lo hacen sin refuerzos estables, sin medios materiales adecuados y con una sobrecarga estructural que amenaza con el colapso.

El juez decano de Avilés ha utilizado ese término: colapso judicial. Y no es una exageración. Lo vemos cada día quienes acudimos a los juzgados a litigar, a defender derechos, a esperar sentencias. Lo vive la ciudadanía, que percibe la lentitud como desidia cuando en realidad es fruto del abandono político.

Promesas locales: una esperanza que debe materializarse.

Hace solo unos días, el presidente del TSJ de Asturias, Jesús María Chamorro, visitó Avilés y asumió ante la alcaldesa Monteserín el compromiso de reforzar el número de jueces. Es un gesto valioso, pero no puede quedarse en un titular. Exigimos que esas promesas se materialicen con dotaciones presupuestarias, plazas judiciales nuevas y mejoras reales en los medios de trabajo.

Como abogada que recorre a diario esos pasillos judiciales, sé que hay voluntad entre los profesionales, pero falta voluntad política donde más se necesita: en el Gobierno central.

no necesitamos más reformas políticas: necesitamos medios.

La Justicia no necesita ser reformada desde la ideología, sino desde la responsabilidad. No necesita ser utilizada como herramienta de confrontación, sino como espacio de garantía y equidad.

"Las soluciones se dilatan y los problemas se perpetúan", dice la Memoria 2024 del TSJ. Y tiene razón.

Frente a eso, en Avilés decimos: la Justicia no puede esperar más. Necesitamos más jueces, más personal de apoyo, sistemas tecnológicos que funcionen, y sedes que no estén obsoletas. Y, sobre todo, respeto institucional a quienes cada día, con independencia y esfuerzo, sostienen uno de los pilares de nuestra democracia.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents