Opinión

La industria del balón

El valor añadido del ascenso del Real Avilés

Hace un mes celebrábamos el deseado ascenso del Real Avilés Industrial a la categoría Primera Federación y en pocos días conoceremos el calendario de juego de la nueva temporada. Se da la casualidad de que hace dos semanas se cumplieron cincuenta años del ascenso del C.D. Ensidesa a Segunda División, inolvidable por el ascenso en sí, pero también por el impresionante equipo que cada dos semanas mostraba su calidad en el Estadio Muro de Zaro.

En dos meses volverá el fútbol al Suárez Puerta. Por el estadio pasarán equipos de renombre como el Barakaldo, la Ponferradina, el Real Madrid Castilla, el Mérida o el Tenerife, generalmente acompañados de cientos de aficionados; como ejemplo, hace dos años viajaron cerca de novecientos aficionados con entrada a ver a la Ponferradina cuando visitó el campo del Deportivo en A Coruña.

A lo largo de la temporada, una cifra prudente de visitantes a Avilés siguiendo a sus equipos puede acercarse a las doce mil personas. Calculen el gasto promedio de los aficionados cuando viajan con su equipo y les saldrá una cifra muy superior al millón de euros.

Olvidémonos del gusto o no por este deporte y pensemos en el valor añadido que el ascenso del equipo supone para la ciudad y para la comarca. Estamos ante un nicho de mercado potencial nada despreciable, una oportunidad para dar a conocer la comarca y animar a una posterior visita de fin de semana o vacaciones. Es, en mi modesta opinión, el momento de sumar y reforzar esta nueva industria vinculada al deporte del balón.

Es momento de no dar la espalda, es tiempo para que instituciones y agrupaciones empresariales y sociales animen a las empresas de la comarca a apoyar económicamente a un equipo que llevará el nombre de la ciudad por media España. Se equivoca quien piense que el gasto de un equipo en esa nueva categoría, una media superior a los dos millones de euros, se cubre con las cuotas de los socios y con las entradas vendidas en cada partido.

Claro está que para que se produzcan esas ayudas, la dirección deportiva y la propiedad del equipo han de generar confianza con un proyecto sólido y creíble que enganche al conjunto de la sociedad. De ello dependerá que estemos ante una nueva actividad económica o que sea flor de un año.

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