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Opinión

Estación de Avilés, quién te ha visto y quién te ve

Suciedad en los andenes, falta de iluminación y vigilancia, máquinas averiadas

No recuerdo exactamente cuándo comencé a ser usuaria de la estación de Avilés, dejémoslo en que transito por ese lugar desde hace varias décadas, pues suelo utilizar el transporte público tanto en las distancias cortas y habituales como en los viajes de largo recorrido. El caso es que en los últimos tiempos, he sido una espectadora más de cómo se ha ido deteriorando el aspecto y el servicio de dicha estación, en la que prestan su función autobuses, trenes de cercanías así como el nuevo servicio de trenes que conecta la villa del Adelantado con Madrid.

El caso es que uno de estos días cuando me disponía a subir a una hora temprana al autobús, resultaba difícil, por la oscuridad y la acumulación de basura sobre los andenes, evitar no entrar en contacto con los obstáculos de latas, botellas de plástico y demás inmundicias imaginables, pues -como digo- la ausencia de luz tampoco permitía la adecuada identificación de las mismas. Eso me lleva a pensar que no hay suficiente personal para garantizar unas condiciones de limpieza e higiene adecuadas, pero igual me equivoco y la razón es otra.

Por otra parte, la taquilla de la estación de autobuses abre durante un tiempo muy limitado, el personal o, más bien, la persona suele estar desbordada, pues sus compañeras, las máquinas, están generalmente averiadas.

Para qué hablar, si debido a alguna necesidad imperiosa, tuviese que ir a los baños. En el caso de que el sufrido personal o persona de la limpieza no acabase de entrar, mejor utilizar algún traje contra peligros biológicos, si queremos preservar la seguridad, y ojalá tengamos suerte de que el lavabo no haya sido arrancado de cuajo, pues en estos lugares no se ve vigilancia ni se le espera.

En la estación ya no existe ni cafetería ni quiosco, así que mejor ir provisto de algún kit de supervivencia de esos que aconseja la Unión Europea.

Y en el caso de que deban acceder a la estación de Feve, especialmente al acercarse la noche, les deseo mucha suerte y un entrenamiento previo; sería aconsejable ver previamente unos cuantos episodios de "The Walking Dead", para que no se asusten con lo que se pudieran encontrar al subir las escaleras, transitar por los pasillos tenebrosos y alcanzar finalmente la desierta estación, pues les aseguro que me recuerda al barrio de Hunts Point en El Bronx en sus mejores tiempos.

Avilés se merece otra estación.

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