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Opinión

El arte de la mentira política

Cuando se pierde la credibilidad

La mentira y la política suelen caminar juntas, son compañeras de viaje y no se estorban. Se miente y se habla sin mesura a pesar de las hemerotecas y de las evidencias. La mentira política se vive en todos los sistemas y todos los países. El político miente como podemos mentir todos. Lo que ocurre es que la mentira política tiene efectos más devastadores porque se miente a toda una sociedad. Son reflexiones del periodista especializado en política internacional Lluis Foix .

Existe un innegable clamor popular para que los políticos ejerzan su labor con ética y de acuerdo a los valores que se les exige a los ciudadanos de a pie. Que el ejemplo es crucial en la representación de todo colectivo es algo que cualquiera ve, sean las gafas de un color u otro.

En los pasados meses hemos asistido en Castrillón a la férrea oposición de los grupo municipales de la izquierda contra el pago de subvenciones nominativas a dos coros del municipio, alegando ser esto contrario a la ley por ir a cargo de un presupuesto prorrogado. Todo ello con argumentaciones supuestamente bien documentadas tras presumiblemente horas de estudio.

Hasta ahí, de acuerdo, cómo no. La oposición se debe ejercer responsablemente. La sorpresa viene cuando se descubre, cosas del azar, que la hoy portavoz del grupo municipal de Izquierda Unida, mientras era alcaldesa y por tanto presidenta del Patronato Municipal de Actividades Culturales, firmó el 4 de abril de 2019 exactamente lo mismo, esta vez con cargo al presupuesto prorrogado de 2018.

Alguien dijo entre el pueblo que las mentiras tienen las patas muy cortas. Seis años.

Esto no solo es obstaculizar la labor de gobierno con lo que ello conlleva de trabajo inútil y sustraído a tareas en beneficio de todo el concejo. Va más allá. Se nos lleva acusando de demorar el pago de subvenciones a estas asociaciones, culpándonos de no cuidar a entidades de largo y exitoso recorrido que son el orgullo de este concejo.

El mentiroso en política hace un daño gravísimo. Hay que ponerle límite. Una forma es contrastarla con la realidad.

Y termino con la célebre frase de Lincoln al respecto: "Es posible engañar a unos pocos todo el tiempo, incluso a todos un tiempo. Pero no es posible engañar a todos todo el tiempo".

Cuando se pierde la credibilidad se pierden votos.

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