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Opinión

Avilés

Humanidad y empatía

La derecha avilesina no ha querido aportar nada a esclarecer los crímenes ni la ubicación de las fosas, ellos lo sabían, es su memoria también. Su silencio es un instrumento cómplice de la matanza, su odio se perpetuó, sus muertos están todos investigados, reconocidos. Aquí no caben falacias, está todo demostrado pero ni un apoyo para saber dónde estaban las víctimas de la izquierda, su silencio es crimen.

La izquierda de la comarca se creyó el discurso de la Transición y el consenso, esperó en pos de una reconciliación a ver si amainaba, no tocaba, pasaron décadas, años de democracia tirados por la borda para solucionar este tema. Tacticismos que sacrificaron ni más ni menos que su pasado, con luces y sombras, nadie quiere héroes en esta búsqueda, solo humanidad y empatía.

Nosotros llegamos tarde, sin medios, sin memoria, reconstruyendo el crimen con las lágrimas de los hijos e hijas de los desaparecidos, con el vago recuerdo de los nietos y nietas, con el muro de las instituciones, excavando en los archivos para reconstruir una memoria cercenada, que no espere nadie milagros, excavar es el último recurso, esto es algo desesperado, un ungüento para calmar la herida, La Lloba es un principio y es difícil.

El crimen fue escondido a propósito en un entorno complicado y muy deteriorado. Si queremos reconciliarnos con el pasado y pasar página tenemos que hacerlo, si no los desaparecidos serán la herida que supure en los orígenes de esta llamada democracia.

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