Grado,

V. DíAZ PEÑAS

Los actos vandálicos volvieron a sorprender en la mañana de ayer a los vecinos de Grado. A primera hora, trabajadores, escolares y padres del Colegio Público Bernardo Gurdiel de la villa moscona se encontraban con el patio lleno de piedras y cascotes, cristales rotos, puertas forzadas y una persiana quemada. Es la primera vez en este curso que los efectos del «botellón» se dejan sentir en el centro educativo, pero no así en años pasados.

La dirección del centro y la asociación de padres exigían ayer la mejora de la vigilancia y la instalación de cámaras en la zona para que actos como éstos no vuelvan a suceder.

Los actos vandálicos tuvieron lugar, posiblemente, el sábado por la noche, aunque los trabajadores del centro no se percataron de lo sucedido hasta ayer por la mañana. Cuando fueron a abrir el centro se encontraron con una canasta rota, varios cristales destrozados, tres puertas forzadas y abiertas, restos de botellas, las paredes sucias, piedras y cristales por todo el patio y una persiana afectada por el fuego. Varios padres, aseguraron fuentes del propio centro educativo, pensaron en llevar a sus hijos a casa, aunque todo quedó en una queja masiva por la situación vivida.

Los hechos fueron denunciados por la dirección del centro a la Guardia Civil y también se pusieron en conocimiento de la concejalía de Educación moscona. El centro y la asociación de padres exigieron que se tomen las medidas oportunas para evitar más actos como éste. «Queremos que esto cese de una vez, ya no sabemos qué hacer. Que pongan cámaras de vigilancia o que aumenten la seguridad. No podemos seguir más tiempo así», señaló una de las madres. La concejala de Educación moscona, Victoria Fernández (Aigras), aseguró ayer que se hará lo posible por llevar a cabo las peticiones de padres y profesores.

La dirección del centro, al que acuden a diario 260 niños, considera que esta situación repercute en el colegio. «Aquí hay niños de 3 a 12 años. Muchos son pequeños y no deja de ser un riesgo un patio con cristales de botellones y de actos vandálicos. Ya hay varias denuncias interpuestas, pero aún no se ha encontrado a los culpables», matizó una profesora. La zona es oscura, no tiene casas alrededor y es fácil esconderse.