Santo Adriano / Proaza,

L. VALDÉS

Lo suyo ha sido llegar y triunfar. «Furaco» -o «Furacu» como ya le llaman-, el oso pardo cántabro encargado de probar la fertilidad de las hermanas osas asturianas «Paca» y «Tola», se ha convertido este fin de semana en el mejor gancho turístico de Santo Adriano y Proaza. Nadie quería perderse la oportunidad de descubrir «in situ» cómo se están desarrollando los primeros días de un encuentro que ha dado mucho que hablar.

Ajeno a la expectación suscitada, «Furaco» se refugió de las altas temperaturas registradas ayer a la sombra de un avellano en uno de los tres sectores con los que cuenta el cercado osero. De momento, todo indica que se ha adaptado bien a su nuevo hogar y el plantígrado parece que va a dejar para más adelante sus dotes conquistadoras. Por el momento, prefiere descansar plácidamente y comer cacahuetes.

Por su parte, «Paca» y «Tola» se mostraron en la mañana de ayer, en el recinto contiguo al que próximamente se unirá «Furaco», mucho más activas que su compañero y se movieron continuamente por su cercado para deleite de los presentes.

La fama de «Furaco» ha traspasado las fronteras asturianas y en Proaza ayer colgaba el cartel de completo cuando aún no había llegado el mediodía. En el cercado de los osos se encontraron visitantes de numerosos puntos de la geografía española. Desde Badajoz llegaron Flore Carreco y Emi Rodríguez, un tanto desilusionados porque «Furaco» no se dejaba ver mucho. «De momento, se le ve muy parado, pero ya se sabe hay que probarlo para ver si realmente funciona o no como amante. Esperemos que sí porque después de ponerle todo el mundo por las nubes», bromeaba esta pareja de extremeños con otros turistas.

Tímido y perezoso encontraron también al plantígrado Sonia Molina y Pedro Cabrera, que se encuentran en Asturias disfrutando de su luna de miel. Por supuesto, Proaza era una parada obligada en su circuito vacacional. «No vemos a "Furacu" muy por la labor de conquistar a las osas asturianas, de momento este encuentro no pinta muy bien, pero ya se sabe las cosas no son como empiezan, sino como acaban. Han pasado muy pocos días todavía desde la llegada del oso y tienen mucho tiempo por delante para conocerse», explicaba el joven matrimonio.

Y es que en Proaza no se hablaba de otra cosa que de las dotes amatorias del oso cántabro. En general, y a pesar de la actitud inicial del ejemplar, los turistas confían plenamente en «Furaco» y muchos hablaban ya emocionados de los prometidos oseznos. Sobre todo, los niños, que ayer estaban impacientes por ver a quien ya se ha convertido en toda una estrella mediática. Ellos son, sin duda, los más exigentes con «Furaco» y ayer le pedían con insistencia que convierta en mamás a las dos osas lo más pronto posible.

Vamos, que el oso tiene que triunfar sí o sí, o de lo contrario se ganará una buena regañina del público infantil. De momento, parece que «Paca» y «Tola» han tomado la iniciativa y ya han realizado pequeños acercamientos a su «donjuán». Una muestra de que los tiempos han cambiado hasta en el mundo animal.

Las osas han aceptado muy bien a su nuevo compañero, al que observan con curiosidad, y los primeros contactos visuales han sido muy positivos. Así que el optimismo es máximo entre los cuidadores de los osos.

Todas las miradas están puestas en «Furaco», un gran semental que, a priori, reúne todas las condiciones necesarias para cumplir con su cometido. Pero ya se sabe, en este caso el amor es cosa de tres.