Gijón, Pablo TUÑÓN

«Nuestra situación es cada vez peor y cada vez hay menos chiquillos». Así de contundente se muestra Ceferino Rodríguez para describir el momento por el que pasa el Club de Fútbol Puerto de Gijón, del que él es presidente. Junto a sus otros cuatro compañeros de directiva, Rodríguez trata de conseguir con ilusión que el club sobreviva a los continuos obstáculos que se le presentan.

Una de las mayores rémoras que tiene el club es la falta de renovación de sus instalaciones. Su campo, de hierba natural, requiere un laborioso cuidado. Además termina deteriorándose en exceso, ya que los ocho equipos del club entrenan diariamente sobre él. «Cuando llueve nos tenemos que apañar por los alrededores, utilizando o bien el colegio Jove o bien un trozo de terreno de la zona portuaria», señala Rodríguez, que además añade que «el punto de las instalaciones es muy importante para un club».

Pese a llevar tiempo reclamando una nuevas instalaciones, el Puerto Gijón no espera que les llegue una solución a corto plazo. «Desde hace dos años, el asunto está paralizado», explica Rodríguez. Desde el Ayuntamiento se lavan las manos, ya que el club depende de la empresa del Puerto de Gijón. «Ahora están liados con lo del superpuerto y no nos hacen mucho caso», apunta Rodríguez.

La falta de chavales es otro problema para la entidad deportiva. Todas las temporadas hay un éxodo de jugadores, que se marchan atraídos por las mejores condiciones que les ofrecen otros clubes, donde pueden competir en mejores instalaciones y categorías. «Este año se me han ido unos veinte chiquillos. Nosotros, por ejemplo, nos tenemos que apañar con un juvenil para mantenerlo en segunda, mientras que otros, que nos quitan jugadores, tienen hasta tres juveniles», señala Rodríguez. Y eso, que ellos apenan hacen selección y cogen a casi todos los críos que desean jugar en el club.

Esta temporada, muchos de los equipos van a sufrir para lograr el objetivo deportivo que se han marcado: mantener un puesto en todas las segundas divisiones. De esta manera, el juvenil, el infantil y el alevín «A» permanecen en la zona baja de la tabla y tendrán que luchar duramente para mantener la categoría de segunda. El cadete, por su parte, juega en Tercera División, y tratará de consumar su ascenso a Segunda. De momento, va cuarto y se encuentra al acecho de los ansiados puestos de promoción, aunque tendrá que ahcerlo muy bien para lograr alcanzarlos.

A pesar de todas las dificultades, el club se esmera en dar un trato excelente a los jugadores. Sin ir más lejos, el día de los Reyes Magos se les da un pequeño obsequio tanto a ellos como a los entrenadores. «No sé si en otros clubes se preocupan tanto por que todos se encuentren a gusto», proclama Ceferino Rodríguez. Tanto él como el resto de personas que conforman el equipo directivo del club tendrán que seguir luchando para llegar a buen puerto. Y están dispuestos a ello, ya que, como asegura el propio Rodriguez, «el año que viene se nos marcharán más jugadores y tendremos que volver a empezar de nuevo».