La joven es una camarera de un restaurante de California, que aprovecha que está sola en la cocina para introducirse una salchicha de un perrito caliente en el interior de su vagina, para luego servir el plato a un cliente como si nada.

Antes de realizar ese desagradable gesto, se asegura de que nadie está cerca ni puede ver lo que se dispone a hacer, pero no contaba con que las cámaras de seguridad estaban grabando la escena. Sin un ápice de duda se mete la salchicha en su vagina y luego la vuelve a depositar en el pan del perrito caliente. Le añade un poco de ketchup y se lo lleva para, aparentemente, servirlo a un cliente.