La cumbre del clima de Madrid ha concluido este domingo con una llamada para aumentar la ambición climática en 2020 y cumplir el Acuerdo de París que compromete a los países a evitar que la temperatura del planeta suba este siglo por encima de 1,5 grados.

Sin embargo, la cita no ha logrado un acuerdo para regular los mercados de carbono (previstos en el artículo 6 del Acuerdo de París) y ordenar el comercio de los derechos de emisión en un sistema único para todo el mundo, y se ha pospuesto para la próxima conferencia, que se celebrará en Glasgow.

El acuerdo final ha llegado dos días después de la jornada prevista para el cierre, en un tiempo de descuento que ha convertido la cita de Madrid en la Conferencia del Clima más larga de la historia; había sido la que más deprisa se organizó, porque España montó la cita en apenas un mes, después de la renuncia de Chile por la grave crisis que vive el país.

Un sabor agridulce

Decepcionado por el resultado se ha mostrado el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, aunque ha señalado que no se rendirá en la lucha contra la crisis climática; "la comunidad internacional ha perdido una oportunidad importante de mostrar una mayor ambición en mitigación, adaptación y finanzas para afrontar la crisis climática".

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, anfitrión de la cita, se ha sumado a través de las redes sociales al acuerdo de la "complicada" cumbre del clima de Madrid, de la que ha destacado que "se reafirma el valor de la cooperación internacional, de la ciencia y la exigencia de más acción climática y su incidencia social".

La presidenta de la Conferencia y ministra de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt, no se ha mostrado satisfecha por el resultado, a pesar de que "hemos puesto corazón y esfuerzo por buscar acuerdos".

Schmidt, en su discurso de despedida, ha lamentado que no se haya podido cerrar el artículo 6 "para implementar un mercado de carbono robusto, con integridad ambiental, enfocado en generar recursos para transitar hacia un desarrollo sustentable, basado en bajas emisiones y resiliente al clima".

En el mismo sentido, la ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha expresado el sabor "agridulce" que le deja, por haber logrado un firme compromiso para aumentar la ambición pero no haber sido capaces de cerrar el "Libro de Reglas" del Acuerdo de París con la regulación de los mercados de carbono.

La ministra ha valorado pese a todo que "se ha conseguido el compromiso de reforzar la acción climática a partir de 2020 guiados por la ciencia, que seguramente es la segunda victoria importante que hemos conseguido".

El fondo verde amplía sus objetivos

El documento final que se ha aprobado, denominado 'Chile-Madrid. Tiempo de Actuar', establece que los países deberán presentar en 2020 unos compromisos más ambiciosos de reducción de emisiones (las llamadas Contribuciones Nacionales Determinadas) para hacer frente a la emergencia climática.

El conocimiento científico será, de acuerdo con este texto, el eje principal que debe orientar las decisiones climáticas de los países para aumentar su ambición.

Los participantes han acordado también dar directrices al Fondo Verde de ayuda al desarrollo para que amplíe su ámbito de financiación y que, además de dirigirse a mitigación y adaptación, destine por primera vez recursos para pérdidas y daños que sufren los países más vulnerables a causa del cambio climático.

Aunque se han logrado algunos avances, la futura regulación de los mercados de carbono se ha pospuesto para la próxima Conferencia, ya que no se han logrado salvar los dos escollos principales: uno, el referido a la doble contabilidad que algunos países quieren evitar; y, otro, el relativo a la transición de los remanentes de derechos de emisiones que algunos Estados conservan del Protocolo de Kioto y que pretenden mantener en la transición al Acuerdo de París.

Decepción entre las ONG

Las organizaciones ecologistas han lamentado la "gran brecha" entre las demandas de la sociedad y la "inacción" demostrada por los gobiernos en las negociaciones de la cumbre del clima de Madrid con una declaración final que "no ha estado a la altura de la urgencia".

Representantes de numerosos movimientos sociales internacionales presentes en el plenario de clausura han manifestado también su "decepción" con el texto adoptado hoy, que en su opinión, sigue sin abordar la justicia social y sin tener en cuenta su voz en la toma de decisiones.