España liderará por primera vez el desarrollo de una misión Sentinel de Copernicus, un programa europeo de satélites para entender mejor el cambio climático y los retos ambientales derivados.

En concreto, se trata de LSTM (Land Surface Temperature Monitoring), un futuro satélite que llevará un sensor infrarrojo térmico de alta resolución espacio-temporal que ofrecerá observaciones de la temperatura superficial terrestre.

El análisis de los datos satelitales permite cartografiar, monitorizar y hacer pronósticos sobre los recursos naturales terrestres, lo que a su vez ayuda a comprender qué cambios se están produciendo, dónde y cuándo. En particular, esta misión responderá a la necesidad de los agricultores europeos de aumentar la sostenibilidad de su producción a medida que el agua escasea cada vez más y el medioambiente se va alterando, informa la ESA.

El contrato por 380 millones de euros ha sido firmado este 13 de noviembre por la ESA con Airbus España en presencia de Pedro Duque, ministro de Ciencia e Innovación.

La ESA también ha firmado con Thales Alenia Space Francia e Italia los contratos para construir otras dos de las nuevas misiones satelitales Copernicus de alta prioridad: CHIME (Copernicus Hyperspectral Imaging Mission), para dar apoyo a servicios nuevos y mejorados para la gestión sostenible de la agricultura y la biodiversidad, así como para caracterizar las propiedades del suelo; y CIMR (Copernicus Imaging Microwave Radiometer), que medirá la temperatura superficial, la concentración de hielo y la salinidad superficial de los mares.

Aunque los contratos firmados aseguran el desarrollo de estas tres nuevas misiones, su plena ejecución depende de nuevos acuerdos, incluido un acuerdo entre la ESA y la Comisión Europea y la decisión conjunta de la comisión, la ESA y los Estados miembros de pasar de la fase B2 a la fase C/D para los prototipos de las misiones y el aprovisionamiento de las unidades satelitales recurrentes. La toma de esta decisión está prevista para la segunda mitad de 2021.