Oviedo, A. VELASCO

Como todos los deportes, el horseball tiene sus propias reglas. En un campo de 60 por 30 metros, con dos canastas con aro metálico vertical al suelo de 1 metro de diámetro interior, situadas a una altura de 3.5 metros del suelo, para las categorías de caballo, y 2.5 metros para los ponis; dos equipos de cuatro jugadores más dos reservas disputan la posesión del balón con objeto de encestar en el campo contrario. Antes de tirar a canasta es necesario que se ejecuten tres pases entre tres jugadores distintos del mismo equipo. El tiempo de juego es de 20 minutos, dividido en dos tiempos de 10 con un período de descanso. En cada parte, cada equipo tiene un tiempo muerto.

El jugador que porta el balón define la dirección del juego, obligatoria para todos los caballos, evitando posibles choques frontales. Tras un gol, debe ponerse el balón en juego a través de la touche, similar al rugby. El contacto violento entre jugadores y caballos está prohibido y sancionado con penalti y expulsión del jugador. El equipo arbitral esta formado por un árbitro a caballo y otro de silla.

Cuando el balón cae al suelo, es necesaria la espectacular acción técnica de ramassage (recogida del balón del suelo al paso, trote o galope sin bajarse del caballo), facilitada por una correa de cuero denominada ramassage, que une y fija ambos estribos, bajo el vientre del caballo, permitiendo que el jinete se descuelgue lateralmente y alcance el suelo.