Este mes de noviembre nos trajo la triste noticia de la desaparición de Manuel Pinilla Trapote. Presidente del Real grupo Cultura Covadonga en tiempos de crisis y artífice principal de la superación de la misma, su trayectoria presidencial estuvo caracterizada por la discreción, eficacia y buen hacer.

De aquel equipo directivo de momentos difíciles por el presidido, saldrían dos de los posteriores regentes de la entidad grupista, el también desaparecido Luis Ángel Varela y Ángel Cuesta, ambos con distintas personalidades y estilos directivos pero, con seguridad, marcados por la etapa vivida con Manuel Pinilla en la directiva del Grupo. Conocida es también la trayectoria de Manuel Pinilla en el mundo del baloncesto, con importantes reconocimientos a su labor arbitral, así como su vocación atlética, que cultivó hasta su etapa de veterano.

Sin embargo, quizá atribuible a esa conocida discreción, ha quedado silenciada su labor al frente de la Federación Asturiana de Natación. Pinilla llegó a la presidencia de la F.A.N. en el año 1985 y estuvo en el cargo hasta 1987. La situación de la natación a su llegada a la federación, afortunadamente, no era ni de lejos parecida a la que se encontró en el Grupo. La buena gestión de sus antecesores había llevado a la entidad federativa a una situación envidiable en lo deportivo y en lo económico, pues ya bajo el mandato de José Mª Alonso se había conseguido un local en propiedad para la sede federativa. Fue un bienio de positiva continuidad marcado por el estilo Pinilla: trabajar y dejar trabajar, con protagonismo para los deportistas y los clubes asturianos, mayoritariamente en un excelente momento deportivo. Eran tiempos en que nuestra comunidad pugnaba con la Valenciana por el segundo puesto en el Campeonato de España por Comunidades Autónomas (Cataluña siempre por delante), en fin, eran evidentemente otros tiempos.

La gestión de Pinilla dio paso a la de su sucesor y colaborador en la directiva de la F.A.N., Fernando Álvarez Rodríguez, bajo cuyo mandato de más de diez años la natación asturiana alcanzó uno de sus mejores momentos deportivos y el máximo nivel a nivel organizativo y de gestión general, siendo referente regional para otros deportes. Abrupto contraste el de esta pequeña-gran historia de buen hacer del incansable Fernando Álvarez y del añorado Manuel Pinilla, así como de todos sus antecesores, respecto a la "muerte anunciada" del ente federativo regional, consumada este mismo mes de noviembre. Entre aquella situación de privilegio y este final catastrófico median, evidentemente, otros gestores de infausto recuerdo para nuestro deporte, además de un ominoso silencio del que todos somos cómplices y que hace que ninguno podamos sentirnos ajenos a la responsabilidad de la desaparición de la F.A.N. Como suele ocurrir casi siempre, solo resta la esperanza, en este caso encarnada en forma de Delegación Territorial en Asturias de la Real Federación Española de Natación. Afortunadamente hemos contado con la mejor predisposición de los actuales responsables de la Federación Nacional y la colaboración de la Dirección General de Deportes para venir al rescate de nuestra agonizante natación, por lo que solo resta aprovechar esta última oportunidad para intentar mantener viva la llama de uno de los deportes olímpicos por excelencia.

Ante la oportunidad de que la natación de competición (y como ella, el waterpolo y la natación sincronizada) puedan tener continuidad en el tiempo, asumimos una enorme responsabilidad. Es momento de dejar atrás actitudes egoístas, ser conscientes de que la difícil realidad socio-económica no colabora en positivo y aprender de los errores pasados. Además de una responsabilidad, es algo que debemos a los que, como Manuel Pinilla, solo trabajaron y dejaron trabajar, sin afán de protagonismo.

Emilio Núñez Llamas es director deportivo del Club Natación Santa Olaya.