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Reconocimiento a toda una trayectoria

El judoka langreano Julio Baragaño fue distinguido con el séptimo DAN

Julio Baragaño, con Iván Sánchez, durante un entrenamiento. FERNANDO RODRÍGUEZ

Un reconocimiento a toda una trayectoria en el mundo del judo. El langreano Julio Baragaño cuenta ya con el cinturón rojo y blanco que le acredita como séptimo DAN. Un grado que le permite situarse como uno de los judokas más reconocidos del Principado.

Hasta el momento, el langeano contaba con el sexto DAN, una distinción que había obtenido hace ya diez años. Para la consecución de los tres primeros era necesario competir, además de superar un examen. Esta prueba siguió siendo necesario para el cuarto, quinto y sexto DAN, mientras que el último reconocimiento llega por los méritos de Baragaño en cuanto a trayectoria. Un currículum deportivo que pasó por la Federación Española de Judo y en el que no quedaron dudas a la hora de otorgarle este merecido premio. "Cumplía los requisitos y el tiempo necesario para conseguirlo", afirma Baragaño.

Sin embargo, el judoka es consciente de la colaboración necesaria para ir sumando grados. "Es como la vida misma. En un principio necesitas la ayuda de otros deportistas para los exámenes y ahora es preciso el apoyo de tus alumnos; sin ellos, este séptimo DAN no sería posible". Baragaño ha formado numerosos cinturones negros y campeones de Asturias.

Los comienzos del langreano en esta arte marcial datan de 1973. Hay que remontarse a 1982 para encontrar su primer cinturón negro. Al volver de la 'mili'. Desde entonces, Baragaño no ha parado de crecer y reconocer danes. "Empecé el judo en Langreo, pero tuve que marcharme a Oviedo para seguir progresando", destaca. Baragaño puso en marcha el Cedelan en Langreo como un instrumento para que los deportistas de la localidad puedan practicar allí este deporte.

La notificación del séptimo DAN le llegó por mediación del presidente de la Federación Asturiana de Judo, Víctor Valle. "Me dio la enhorabuena una semana antes de que me avisasen desde la Federación Española", reconoce Julio Baragaño. Entonces fue el momento de comenzar a dar la noticia a la familia, deportistas y maestros. Especial ilusión hizo la conversación con Shu Taira, pionero del judo en el Principado y referente para Julio Baragaño. "El respeto de las personas a las que respetas te llena de orgullo", apunta el langreano. También multitud de alumnos se pusieron en contacto con él a través del teléfono móvil.

El langreano consigue el primer séptimo DAN para la Cuenca del Nalón. Solamente José Pajarón, responsable del Judo Lena, cuenta con este reconocimiento en la Cuenca del Caudal. "Es un orgullo para mí acceder a este premio, gente como Fernando Fernández, uno de los más grandes, no pudo conseguirlo", admite Julio Baragaño. En Asturias son cinco los judokas con el séptimo DAN, pocos de ellos en activo. Además de Pajarón y Baragaño, José Joaquín Suárez, del Takeda, también cuenta con este reconocimiento. Además, Jorge rada y Carlos Delgado han logrado el séptimo DAN, aunque no se encuentren en activo.

Sin embargo, Julio Baragaño reconoce que este séptimo DAN no cambia las cosas. "Es un grado más, pero sigo igual que ayer e igual que mañana", asegura. El aprendizaje no ocupa lugar en este profesor del Cedelan de Langreo. "Si viviera diez vidas, no podríamos aprenderlo todo", destaca y pone como ejemplo el clínic impartido en Mieres por María Bernabéu y Carlos Montero. "Siguen sorprendiéndote cosas, sigues aprendiendo", considera.

Baragaño admite que el judo es uno de los deportes "más divertidos que existen". El langreano utiliza este deporte como forma de entretenimiento para sus alumnos. "A día de hoy hay muchas actividades posibles para los chavales, pero con el judo, si se vende bien, se logran grandes cosas", apunta Julio Baragaño. La clave radica en "la honestidad con la que se trabaje", asegura. Son los valores que enseña esta arte marcial y que Baragaño se encarga de poner en práctica cada día sobre el tatami del Juan Carlos Beiro.

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