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Punky cuelga los guantes

El boxeador lavianés José Manuel Iglesias pone punto final a su trayectoria en el cuadrilátero tras casi una década peleando y con un palmarés lleno de títulos

José Manuel Iglesias, con uno de sus títulos de campeón.

José Manuel Iglesias, o "Punky", como le conocen sus amigos, no seguirá boxeando. Su cuerpo, a los 35 años de edad, dice basta y pone así fin a una trayectoria de casi ocho años. "Cada vez me costaba más entrenar y las lesiones iban pasando factura; hace poco sufrí una fractura de mandíbula, también en la mano, en el nudillo, cuando te rompes tan fácil, hay que pensar en dejarlo", admite el boxeador lavianés. Y es que Punky muestra su versión más honesta, "cuando no puedes dar todo de ti, es mejor apartarse", apunta.

A sus 35 años de edad, el tramo más duro de su carrera fue al final de la pasada temporada. Una fractura en la mano le impidió acudir al Campeonato de la Unión Europea. "Era mi momento, mi oportunidad", asegura. Al reincorporarse le tocó defender el título de campeón de España en un torneo donde fue superado por su rival. Tras cuatro campañas en el ámbito profesional y otras cuatro como amateur, había llegado el momento de dejarlo.

Punky comenzó en el mundo de boxeo de la manera más casual posible. "Abrieron un gimnasio delante de mi casa y, al ser tan alto, veía lo que allí hacían por encima del vinilo de la cristalera", recuerda. El lavianés también rememora la insistencia del propietario del gimnasio para que diese el paso. Sin embargo, su primer contacto no fue con el boxeo, sino con el Muay Thai.

Su primer combate se produjo en su tierra natal, Pola de Laviana. "Me noquearon", admite. El espíritu de superación de Punky le impidió dejarlo. De este modo, el lavianés se preparó de la mejor manera que pudo con un único objetivo; "olvidar aquella sensación". Y lo logró con creces. Durante los siguientes doce combates se impuso a su rival. Comenzaba a forjarse la leyenda.

"Punky" se fue haciendo un hueco en el mundo del boxeo, hasta el punto de considerarlo como "lo mejor que me ha pasado en la vida". José Manuel Iglesias reconoce que "se forjan amistades, un círculo de gente muy positiva", algo que le ha permitido "organizar mi vida alrededor del boxeo".

Su palmarés es muy amplio y extenso. Cuando competía en nivel amateur, se hizo con el título de subcampeón de Asturias. Su esfuerzo y sacrificio se hacía notar y le permitió seguir dando pasos al frente. Posteriormente, Punky se proclamó campeón de España de peso supermediano en dos ocasiones.

Fue en los años 2015 y 2016. Su primer intento para hacerse con el título resultó infructuoso y su rival le privó de la victoria. En la segunda ocasión en la que optaba al título se produjo el ansiado triunfo. Además, existía el aliciente de pelear en casa, en Pola de Laviana.

"Recuerdo aquello como algo muy especial", asegura. Los nervios también jugaron un papel importante. "Salía de casa y todo el mundo me paraba, veía los carteles anunciando el combate por todos lados", admite. Punky pudo defender su título en una ocasión, en Lugo, ante Alberto Piñeiro. Posteriormente, tras reponerse de la fractura en la mano, llegó su pérdida del cinturón.

También llegó a pelear en competiciones internacionales. Por ejemplo, en Bélgica, en un campeonato de Europa, o en Londres, delante de 16.000 personas. "Fui derrotado por K.O., pero te das cuenta de que no todas las personas pueden llegar ahí", destaca el boxeador. El lavianés se llegó a codear con los más grandes del continente.

Para "Punky" todos los comabtes eran difíciles, pero destaca el su última defensa del Campeonato de España. "Dos compañeros venían de quedarse en coma peleando y yo veía a mis hijos y pensaba mucho en ellos", destaca.

Sus rutinas de entrenamiento eran muy duras y completas. Tres horas diarias tras un turno de trabajo nocturno. Todos los días, de 16.30 a 19.30, el boxeador se preparaba para sus combates.

Ahora ya piensa en su nueva vida, irremediablemente ligada al mundo del boxeo. El lavianés cuelga los guantes y no quiere despedidas sobre el ring - "no quiero un combate sin estar al 100%", pero le quedan innumerables amigos y recuerdos. "Punky" se convierte en leyenda.

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