Tiene 10 años, pero todo un gran futuro por delante. El joven piloto de Cabañaquinta, Samuel Díaz, irrumpe con fuerza en las Copas de Castilla y León y en la Copa Rieju, un trofeo internacional donde está causando muy buenas sensaciones.
Con siete años recién cumplidos, Samuel Díaz se subió a una moto para competir. Fue gracias a la iniciativa de Alfredo Cachero, con la Escuela Motociclista, en los circuitos de Cisvial, en Langreo. Sin embargo, desde los tres años, el joven piloto ya ha tenido contacto con las motos. "Mi padre me regaló una moto eléctrica y desde ahí me empezó a gustar", destaca el piloto.
Sus éxitos no han parado de crecer. Si en el año de su debut logró el segundo puesto en el Campeonato de Asturias de motar en categoría de 65 cc., en 2015 finalizó en la tercera competición en esta misma categoría, pero en una competición más exigente, como es el Campeonato de Castilla y León. En la pasada temporada, Díaz concluyó en la cuarta posición del Campeonato de España. Esta temporada ha decidido aumentar la cilindrada a los 85 centímetros cúbicos, donde compite en Castilla y León -ha logrado un cuarto puesto en Carpetania y una segunda posición en Burgos- , mientras que intercala su participación en la Copa Rieju, un torneo en el que participan corredores españoles, franceses o catarís. La principal novedad de esta competición es que Samuel Díaz no correrá en circuitos de karting, como venía haciendo habitualmente, sino que participará en circuitos de la talla de Montmeló o Motorland. Su próxima competición en este torneo será el próximo fin de semana en Albacete, mientras que en la presente campaña ya ha corrido en Jerez.
Su padre es uno de sus mejores valedores. David Díaz, quien acude junto a él a cada circuito. "Le veo mucho potencial", destaca. "Cada vez que Samuel acude a un circuito, necesita muy poco tiempo para hacerse con él y rebajar los tiempos", apunta su padre.
Las motos son una cuestión de familia en casa de los Díaz. Y es que el hermano de Samuel, Abraham, también practica este deporte. Con tan solo cinco años, el más pequeño de la casa quiere seguir los pasos tan prometedores de su hermano.
Los entrenamientos son exigentes. Cuatro son las sesiones mensuales en el circuito de Cisvial, cada una con una duración de cuatro horas, a lo que hay que añadir los desplazamientos a cada circuito. "Intentamos hacer entrenamientos una semana antes de la competición", destaca su padre. El sacrificio de todos estos viajes se ve recompensado con cada competición. Además, tanto David como su hermano Abraham intercalan los entrenamientos sobre la moto con sesiones de natación y con los partidos y entrenamientos con su equipo de fútbol, el Colegio Público Cabañaquinta.
"Siempre me gustó ir rápido", destaca el propio Samuel. "Veo las carreras de MotoGP y me encanta Marc Márquez", asegura. El joven piloto de Cabañaquinta pone todo su empeño en alcanzar su sueño, llegar a lo más alto.
