Unas por seguir la afición de sus hijos, otras porque ya habían competido tiempo atrás y les atraía la idea de volver, y otras, simplemente, por probar, por hacer deporte. Estas son, seguro que hay más, las razones por las que un grupo de mujeres han saltado a la pista y se han vestido de corto para disputar la Liga de madres de baloncesto, que arrancó el pasado domingo con la primera jornada.
Esta competición no es nueva. No en vano, tiene detrás una historia, un inicio. ¿Cuál? Seguro que se lo imaginan. Todo comenzó hace cuatro años y tiene su punto de partida en Mieres cuando un grupo de madres de jugadores del BVM 2012 quedaba para entrenar y jugar al baloncesto. Así nació una iniciativa a la que poco a poco se fueron sumando más equipos. El siguiente: el Art-Chivo. A partir de aquí, se sumaron más. "Para abrir boca organizamos hace cuatro años un torneo 3x3, y salió muy bien", indica Alberto Cuervo, vicepresidente y responsable de competiciones de la Territorial asturiana, además de uno de los impulsores de esta iniciativa junto a, claro está, las verdaderas protagonistas: las jugadoras.
En Asturias y al amparo de la Federación Asturiana existen dos Ligas de madres: una más tradicional, de 5x5, con siete jornadas que se celebran a lo largo del año; y otra, de 3x3, con dos jornadas. "Son independientes, aunque hay muchos equipos que compiten en las dos", explica Cuervo.
La Liga de madres, consolidada ya tras tres ediciones, cuenta con ocho equipos en la modalidad 5x5, y con 12 conjuntos en 3x3. A los ya clásicos Art-Chivo, BVM 2012, Basketmum, Nazaret o CB Castrillón, este en la modalidad 3x3, se han unido el club Basket Piles, el Grupo Covadonga, el Basket Lena o Mum'Nalón de La Felguera. La Liga 5x5 comenzó el pasado domingo con los primeros enfrentamientos y tiene programada la última jornada para el 20 de mayo de 2018. La competición de 3x3 tendrá dos jornadas, que serán el 4 de marzo de 2018, para terminar con las finales y la jornada de clausura de las dos Ligas el próximo día 16 de junio del siguiente año.
"Es una buena forma de promocionar este deporte", dice Cuervo, que explica que se llama Liga de madres porque en su mayoría está formada por jugadoras que tienen a sus hijos en equipos de baloncesto, pero está abierta a mujeres mayores de una determinada edad (toda la información en la web de la federación asturiana).
Una de las jugadoras que se animó desde el principio a participar en esta iniciativa es Silvia Álvarez de Piquer, que milita en el Art-Chivo, club del que además es la presidenta y donde juegan sus hijos. "Empezamos todas con mucha ilusión", señala Álvarez de Piquer. Una ilusión que hoy en día todavía mantienen y que intentan trasladar y poner en escena en cada entrenamiento, en cada partido.
Al principio, las madres del Art-Chivo entrenaban un día a la semana y al mes de empezar fueron las propias jugadoras las que pidieron un día más de entrenamientos. "Muchas comenzaban de cero, otras ya habían jugado, pero todas teníamos muchas ganas de aprender", añade la jugadora, que recuerda que cuando le propusieron participar, "no lo dudé". Y como ella, otras 15 madres que formaron el primer equipo del club ovetense de madres. Después, ya se fueron apuntando más jugadoras.
La Liga de madres ha ido de menos a más desde que comenzó hace ya tres años. Y es que, por ejemplo, en la temporada pasada hubo cinco equipos y en la actual hay ocho. "El nivel ha aumentado muchísimo", indica Álvarez de Piquer, que desde hace cuatro años en su día a día ha introducido una nueva actividad: el baloncesto. "Nos lo pasamos bien, al final somos todas amigas que buscamos divertirnos y pasarlo bien haciendo deporte,en este caso baloncesto", apunta Silvia Álvarez de Piquer. Así es la Liga de madres de Asturias, una iniciativa aplaudida por todos los estamentos. Al final, son muchas las madres y mujeres que por diferentes razones dan rienda suelta a la pasión del baloncesto, un deporte que antes vivían con tensión desde la grada en los partidos de sus hijos y que ahora la historia también es al revés: son los hijos los que sufren en los partidos de sus madres.
