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El Art-Chivo se agiganta

"Cada año crecemos un poco más", dice Albano Fernández, coordinador del club ovetense, que cuenta ya con más de 400 jugadores y que aspira a tener unas mejores instalaciones

El grupo de entrenadores del club. LNE

El Art-Chivo crece, crece y sigue creciendo. El club ovetense ha superado ya los 400 jugadores, entre los equipos propios y los colegios a los que llevan. Un crecimiento que ya no es sólo numérico. Los equipos del Art-Chivo cada vez llegan más lejos en los campeonatos de Asturias. "Ahora, además de más jugadores, tenemos también más calidad", explica Albano Fernández, coordinador del club.

Pero para la entidad ovetense no sólo es importante el número de jugadores ni la calidad. Otra de las cuestiones que les preocupa son las instalaciones de las que disponen. Los colegios a los que llevan -Dominicos, Santo Ángel, Escuelas Blancas, Veneranda Manzano y Gesta- están situados en una zona de Oviedo situada en su mayoría en el entorno del barrio de Otero. Allí alquilan una pista en el Instituto Leopoldo Alas Clarín. También tienen asignado el polideportivo de San Claudio. "La pista que alquilamos no es un polideportivo, es un gimnasio de un colegio; San Claudio está un poco alejado y no podemos decir que estemos radicados allí porque nada nos liga. Estamos intentando mejorar las instalaciones", explica Albano Fernández.

Otro de los problemas sobre los que alerta el coordinador del club ovetense es el del comportamiento de los padres durante los partidos de baloncesto. No de los de su club en concreto. "Se está viendo una problemática en cuanto al tema de los padres con los árbitros y con los entrenadores. Desde el Art-Chivo hemos querido hacer una campaña de concienciación. Es verdad que en nuestro caso son cosas muy aisladas, pero sí que cada vez se está notando más", cuenta.

Un problema que está percibiendo especialmente con respecto a las mujeres cuando ejercen de entrenadoras o árbitras. "Muchos padres acuden a los partidos a desahogarse, sobre todo cuando son entrenadoras", reconoce Albano Fernández. Para el coordinador del Art-Chivo un buen ejemplo que deben tomar en el baloncesto es el del rugby: "En el respeto me gustaría que nuestro deporte se pareciera al rugby". Algo que lamenta profundamente: "El baloncesto siempre ha sido un deporte respetuoso y ahora parece que todo el mundo sabe muchísimo y se escuchan cosas en los partidos que los niños no deberían escuchar".

Y es que el objetivo de un club como el suyo es el de formar a personas en ciertos valores, algo muy complicado si los chavales están escuchando a sus padres menospreciar a entrenadores o árbitros. "Esto se trata de educación, de formación, de dar ejemplo", resume Albano Fernández.

Entre los objetivos que se ha marcado para el futuro el club ovetense, además de que el comportamiento en las pistas sea el mejor, es el de configurar un equipo maxi masculino. Y es que el Art-Chivo ya cuenta desde hace tres años con un equipo maxi femenino compuesto por las madres de los jugadores. "Tenemos a 32 madres entrenando y 12 de ellas juegan la Liga de madres. Nos faltan los padres para tener equipos en todas las categorías", concluye Albano.

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