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El Loyola crece sin límite

El colegio ovetense, con doce equipos, ha aumentado su número de jugadores de 105 a 115 y tiene ya formaciones masculinas y femeninas en todas las categorías hasta cadete

El Loyola crece sin límite

El Loyola pretende que el deporte sea uno de los pilares de la formación que se da en el colegio y el baloncesto quiere jugar un papel importante en ello. Así lo reconoce Eladio Rico, máximo responsable del deporte de la canasta en el colegio ovetense: "El Loyola va a apostar más aún por el deporte y nosotros queremos acompañar en ello". Una apuesta que se va a traducir, entre otras cosas, en la mejora de las instalaciones.

En estos momentos, la importancia del baloncesto en el Loyola es muy significativa. Esta temporada han crecido un poco más, pasando de 105 a 115 jugadores y consiguiendo tener equipos masculinos y femeninos en todas las categorías hasta cadetes. Otro de los objetivos que se marcan de cara al futuro es crear equipos juveniles para que los alumnos puedan continuar jugando cuando lleguen a esa edad. "El objetivo es que vayan subiendo generaciones completas, que puedan seguir jugando en el colegio, que sea parte importante de su formación. El colegio apuesta por el deporte y quiere que sea una de las bases de su educación", señala el coordinador del baloncesto en el Loyola.

Los 115 jugadores hacen que el baloncesto sea, por detrás del fútbol, el deporte que más se practica en el Loyola. Una institución que tiene 1.100 alumnos, de los cuales hacen deporte unos 350. "Hemos crecido con respecto al año pasado. Este es el primer año que completamos todas las categorías hasta cadete en masculino y femenino", explica el coordinador de baloncesto del colegio.

Otro de los objetivos que se han marcado para que los chavales puedan evolucionar es el de fomentar la formación de los 11 entrenadores que trabajan con los doce equipos de baloncesto que hay en la institución académica. "Tenemos un grupo excepcional de entrenadores, con una forma de pensar muy parecida, que es algo muy importante; gente muy comprometida, con ganas de trabajar y de mejorar y que van formándose y sacándose títulos cada temporada", señala Rico. Una formación que depende también de los cursos que va sacando la Federación Asturiana y que permiten que los entrenadores puedan ir avanzando en sus conocimientos.

Los resultados no son el principal objetivo para el Loyola, aunque reconoce Eladio Rico que conseguirlos siempre es una alegría y una satisfacción. Esta temporada han sido los más pequeños los que más alegrías han dado al colegio ovetense. "El equipo benjamín femenino es el que está un poco más arriba de todos este año. Se clasificó para la final a cuatro de la Copa de Asturias, para cuartos de final de la liga escolar y está compitiendo en la Liga Día, donde de momento no ha perdido ningún partido", apunta el coordinador de baloncesto.

En cuanto al alevín masculino y femenino, se clasificaron para la fase regional del campeonato de Asturias, en las que están por de decidir los cuatro equipos que jugaran la final a 4. Una final en la que el equipo femenino ya sabe que no estará mientras que el masculino aún conserva opciones de meterse. Los dos equipos cadetes salvaron la categoría, algo que, según Eladio Rico, "era el objetivo".

Los infantiles aún están acabando sus ligas y esperan terminar en una zona media de la clasificación. "En líneas generales los objetivos se han cumplido, aunque siempre somos ambiciosos y creemos que se podía haber quedado un poco más arriba", resume el coordinador. Si bien, los anhelos de la institución son otros: "No es el objetivo competir, al final son generaciones. Nosotros queremos dejarnos ver, estar ahí y trabajar para competir y que el que tenga habilidades pueda explotarlas con nosotros".

También continúan con el convenio de colaboración con el Oviedo Baloncesto, un acuerdo que hace que algunos de sus jugadores formen parte de equipos como el junior B femenino.

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