Con cinco años fueron campeones de la liga plata de Profutbol. Dos años más tarde se proclamaron campeones en prebenjamines ganando todos los partidos y ascendiendo a la segunda categoría y ahora, en su último año de pista comandan la clasificación del grupo II de la Tercera Benjamín gijonesa. Son el mejor grupo forjado en La Llosa en los últimos años.
Esta temporada, cuando se acaba de terminar la primera vuelta, ya saben que lucharán por ascender y por ganar su liga. Aún no conocen la derrota y suman sus 15 partidos como victorias. Pablo, Iván, Enol, Mario, Paraje, Bruno, Alonso, Álex y Samuel son el equipo a batir en su categoría. El próximo año todos pasarán a campo, a fútbol 8 y lo harán de la mano de su entrenador, Dueñas y con la ayuda de Juan Carlos Cortina. "Son un grupo alucinante", dice este último, "llevamos mucho tiempo trabajando con ellos, echándoles una mano en el fútbol y no podemos estar más contentos", explica el preparador.
No es para menos. En estos 4 años los chavales han progresado muchísimo. Han pasado de ganarlo todo en una categoría y pasar a otra donde tuvieron que adaptarse y darlo todo de nuevo, a avanzar para ser de nuevo los primeros. "Hace un año perdieron cinco partidos, aprendieron a perder, a formarse y a seguir disfrutando del fútbol", dice Cortina. Otra de las bases de este equipo es el buen ambiente que se respira tanto en el vestuario como en lo que Cruyff denominó el entorno. "Me gustaría destacar lo bien que se comportan los chavales en la pista y los padres fuera de ella, no es algo muy habitual, pero en el Montevil tenemos la suerte de no haber tenido ningún problema", explica el preparador. Para que el buen ambiente reine en La Llosa, los técnicos del equipo del popular barrio gijonés tienen varias claves. La primera de ellas es que ningún niño se queda sin jugar, todos tienen minutos. "Cuando termina la primera parte cambiamos a todo el equipo, todos juegan por tanto los mismos minutos y tienen las mismas oportunidades", cuenta Cortina que recibe el beneplácito para hacer esto de su compañero Dueñas.
La segunda de las claves es la de educación. "Cada vez que un jugador llega a entrenar y cada vez que se va, tiene la obligación de saludar uno a uno a sus compañeros y también a sus entrenadores. Es algo que nos gusta porque así vas forjando también un carácter que le ayudará a saber que además de jugadores de fútbol tienen que ser compañeros", dice el preparador.
Los chavales se están formando muy bien, en el Montevil quieren ganar sus partidos, como todos los equipos, pero lo quieren hacer a través de la formación. Cada semana cada jugador recibe una clase particular de 40 minutos de técnica individual.
El año que viene uno de ellos dejará Montevil y La Llosa y se irá a Mareo. Alex, que juega de central, entrena ya con el Sporting y el primer año de alevines lo pasará con los rojiblancos. "Es una alegría tremenda que Álex vaya al equipo en el que todos quisimos jugar. Pero no es el único por el que nos han preguntado. Todos los equipos de Gijón conocen esta hornada y les siguen de cerca", explica Cortina.
Cortina entrena en el Ribadesella y cuando pasa por el entrenamiento de sus pupilos del Montevil estos siempre le preguntan cómo quedaron, "saben perfectamente el resultado, pero me preguntan para picarme, son fantásticos, nunca hubiera imaginado que entrenar a unos niños pudiera enriquecer tanto a una persona", admite Cortina. A veces, con el fútbol base, disfrutan más los mayores que los pequeños, aunque sean invencibles.
