El bolo vaqueiro calienta motores en Cangas para iniciar su nueva temporada (y son más de 200 jugadores)

La asociación que agrupa a una veintena de equipos mantiene como máximo objetivo lograr una bolera en la villa canguesa

Una partida en la bolera de Leitariegos.

Una partida en la bolera de Leitariegos. / R. T. C.

Cangas del Narcea

La Asociación del Bolo Vaqueiro, con sede en Cangas del Narcea, calienta motores para iniciar una nueva temporada en marzo y lo hará con un total de veinte equipos. La información sobre su distribución y los pormenores de las categorías se facilitará a los socios en la asamblea ordinaria convocada para el próximo domingo, 23 de febrero. A la cita están llamados los 220 socios de esta entidad que vela por este deporte tradicional de gran arraigo en el Suroccidente.

Cuenta el presidente de la entidad, Rafael Collar, que el colectivo se mantiene estable, si bien lleva años sufriendo un descenso paulatino. “Llegamos a ser cuarenta y pico equipos, pero bueno, resistimos. Hay que tener en cuenta que hay mucha gente mayor que lo va dejando y la gente joven no termina de vincularse, salvo los que lo heredan de sus familiares”, cuenta Collar. Señala que enganchar a los jóvenes es uno de los retos pendientes y en ello ponen sus esfuerzos. Es la razón por la que desarrollan una intensa actividad con los centros educativos de la comarca, en una iniciativa que ellos han bautizado como “Escuela de bolos”. “Desde hace tres años recorremos todos los colegios”, añade, consciente de que también se necesitan más mujeres en un deporte donde tradicionalmente mandan los hombres.

En materia de asuntos pendientes también llevan años luchando por conseguir una bolera en el casco urbano de Cangas. No renuncian a este reto y están en conversaciones con el equipo de José Luis Fontaniella para encontrar una solución. “Al final jugamos en las boleras de los pueblos y solo hay una cubierta y muchas no están en condiciones”, añade el presidente del colectivo. “Es nuestro máximo objetivo y estamos esperanzados de lograrlo”, señala.

Sobre los equipos de este año, cuenta Rafael Collar que se deshicieron dos de la temporada pasada, pero se crearon dos nuevos, por lo que hay estabilidad. “Ahora vamos a estipular el calendario y empezaremos entre mediados y finales de marzo”, precisa, al tiempo que da cuenta de los desplazamientos que deben hacer los jugadores por diferentes puntos del Suroccidente y la vecina León. “No queda más remedio que moverse”, cuenta este cangués que juega a los bolos desde que tiene uso de razón.

Natural de Posada de Rengos, ya su padre tenía fama de buen jugador de bolos, así que le picó el gusanillo desde niño. Por circunstancias de la vida se desvinculó un tiempo, pero luego se reenganchó y desde entonces no ha parado. En 2022 se convirtió en presidente de la asociación. “Jugar engancha, por la competición, pero también por la camaradería, pasas un buen rato. Luego está la técnica, hay gente muy buena”, zanja Collar, convencido de que es importante que no se pierda la tradición.

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