Los asturianos le ponen azúcar a la Pascua: la guía definitiva de los dulces típicos de Semana Santa

Mantecados, bollas, rosquillas y marañuelas típicas de pueblos y comarcas conviven con la universal torrija y monas de chocolate

Marañuelas de Candás en elaboración.

Marañuelas de Candás en elaboración.

Mariola Riera/ Demelsa Álvarez

Oviedo/ Cangas del Narcea

No hay época del año en Asturias que no vaya asociada a un bocado dulce. La Semana Santa no es diferente y desde mucho antes las confiterías y pastelerías ponen a funcionar sus obradores para lucir en los escaparates lo mejor de cada casa. Pero no solo los reposteros profesionales se ponen manos a la obra, sino también hay muchos dulces típicos exclusivos de solo un territorio que se hacen por tradición en los hogares.

Torrijas y, a la derecha, rosquillas caseras de Cangas del Narcea.

Torrijas y, a la derecha, rosquillas caseras de Cangas del Narcea.

Ahí están, por ejemplo, en Cangas del Narcea, las bollas de hojaldre y las grandes rosquillas, en algunas zonas, con baño de azúcar. Pero todo varía de un lugar a otro y en el Suroccidente hay muchas recetas como, por ejemplo, las roscas de pan dulce –más blandas que las primeras, que son crujientes tipo gallega– y las llamadas alfiladas, por la zona norte y de Belmonte.

Bollo de Pascua de Avilés.

Bollo de Pascua de Avilés.

La tradición manda por estas fechas que los ahijados entreguen el ramo a su padrino, quien corresponderá con un suculento bollo de Pascua. El de Avilés, el mantecado es quizás uno de los más singulares y más conocidos de Asturias. El popular bizcocho tiene varios pisos, se adorna con plumas y muñecos y hunde sus raíces en el siglo XVII, cuando los emigrantes tenían que cruzar el océano para llegar a América. En travesías tan largas buscaron un bollo que durase. Harina de trigo, huevos, manteca de vaca y azúcar componen la receta más habitual, aunque como todo hay variantes. Y no debe faltar el escarcheo de azúcar.

Los asturianos le ponen azúcar a la Pascua

Los asturianos le ponen azúcar a la Pascua

Lo hay todo el año, pero es la Pascua la época más habitual para comerlo, solo o en compañía, al desayuno, merienda o de postre –hay quien le añade una bola de helado de vainilla para redondear el plato–, bien en casa o en una salida con los amigos.

Las marañuelas las hay también en Avilés, pero son más típicas de Candás (Carreño) y Luanco (Gozón), que se disputan sanamente qué territorio hace las más ricas, pues la receta tiene variantes en ingredientes o el uso de los huevos de un lado a otro del cabo Peñas. En toda Asturias no faltan las torrijas, tan típicas de Semana Santa, o las monas de Pascua, a base de chocolate y con figuras imposibles que se mejoran cada año.

Contada la teoría, ahora toca la práctica. Buen disfrute de la dulce pasión asturiana.

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