El cangués Luis Freijanes propone medidas “naturales” para controlar la población de lobo: “Es la naturaleza misma la que tiene que luchar contra el lobo, no el humano a disparos”

El cangués Luis Freijanes, naturalista autodidacta, cree que matar lobos de nuevo no solucionará el problema de los ataques al ganado. Recientemente se aprobó la salida del lobo del listado de especies protegidas (Lespre) y en Asturias se recuperó el programa de control sobre la especie que permitirá abatir 53 ejemplares en un año. Freijanes defiende que “es la naturaleza misma la que tiene que luchar contra el lobo no el humano a disparos, porque la naturaleza es sabia”.

Desde hace años, este amante de los animales ha defendido la reintroducción del lince boreal o europeo en los montes asturianos para que ejerciese un control natural sobre el cánido, ya que son competidores directos tanto por el territorio como por el alimento. “Donde hay mucho lobo, se reintroduce el lince y la tasa de lobo va a bajar porque lo dispersa”, explica Freijanes, gran conocedor del lince boreal, del que tiene constancia que habitó en el bosque de Muniellos hace más de 130 años.

El cangués llegó a tener en un cercado propio tres ejemplares, la pareja “Zar” y “Sasha”, que logró que criasen al cachorro “Trasgu”. No obstante, tuvo que despedirse de ellos en mayo de 2023 después de no conseguir legalizar el espacio en el que los mantenía y que soñaba con transformar en un centro de recuperación de la fauna salvaje y abierto a las visitas para dar a conocer la especie y concienciar sobre su importancia.

Siempre defendió la idea de que recuperar la presencia del lince sería positivo para los bosques asturianos y subraya que es una especie que no es conflictiva con el humano y a penas se aproxima a poblaciones “es un animal nocturno y muy esquivo, es muy difícil que se deje ver y genera pocos conflictos con la ganadería”. Con lo que, sumado a su enfrentamiento directo con el lobo, asegura que serviría para controlar a una especie a la que también defiende como esencial para el mantenimiento del ecosistema del bosque.

“El lobo ibérico es una especie única y ya tenemos un problema con el genoma, que no es como era antaño, así que si empezamos a matar lobos vamos a tener el problema de la endogamia, porque van a quedar pocos y tienen un instinto de procrear muy grande”, expone.

Por eso, para él las medidas que deben tomarse frente al lobo deben ser con base a la propia naturaleza. No solo habla de lo que aportaría la reintroducción del lince, sino que menciona el papel fundamental que juega en la defensa de los rebaños otro animal en peligro de extinción y, en este caso, doméstico. Habla del burro que por sus fuertes coces y mordiscos es temido por el lobo.

“También se debería promover un acercamiento del ganado, que actualmente está muy alejado de las poblaciones, y tenerlo constantemente vigilado por perros mastines”, añade.

En definitiva, cree que se tendría que probar con todo tipo de medidas posibles antes de llegar a abatir ejemplares, con el objetivo de conservar una especie que asegura que es indispensable. Entre sus beneficios destaca que ayuda a evitar epidemias entre los ungulados, ya que suele atacar a los individuos más débiles, los enfermos. Además, explica que su presencia obliga a los corzos y ciervos a estar en movimiento continuo, lo que favorece el crecimiento de la vegetación y su polinización. Freijanes también hace hincapié en que los restos de los cadáveres de sus víctimas sirven para fertilizar el suelo, y antes también para dar alimento a otros animales.

“Todo es una cadena y cada animal tiene una función, pero además no podemos olvidarnos del importante legado que nos ha dejado el lobo, que es el perro, que nos sirve para muchas tareas y nos da compañía y fidelidad”, recalca este defensor de los animales, al que le gustaría ver un cambio en la forma de ver a estos depredadores y que se valorase más su aportación.