Un búho chico se queda atrapado en una alambrada de púas en Cangas del Narcea y un vecino lo rescata y lo acoge en su casa

El ave rapaz, con un ala herida, tuvo que ser trasladada a un centro de recuperación después de pasar la noche bajo la protección del naturalista cangués Luis Freijanes

El búho chico recogido por Luis Freijanes.

El búho chico recogido por Luis Freijanes.

Cangas del Narcea

El cangués Luis Freijanes, naturalista autodidacta, tuvo que hacerse cargo de un búho chico que un vecino encontró atrapado en un cierre de alambre de púas de una finca de los pastizales de una localidad de Cangas del Narcea. Freijanes, que durante años intentó sacar adelante un centro de recuperación de fauna, ve cómo este caso vuelve a mostrar la necesidad de contar con un equipamiento de estas características en Cangas del Narcea, puesto que esta ave rapaz tuvo que ser trasladada al que se encuentra en Sobrescobio, al presentar daños en un ala.

"Aunque ya no me dedico a recoger animales, por no disponer de un espacio, un vecino de Olgo me avisó de que había visto al búho enganchado en la alambrada, así que le indiqué como soltarlo y que lo situara en un árbol para que no estuviera en peligro y que avisara a las autoridades", describe. No obstante, ante la imposibilidad de contactar con alguien que se pudiese hacerse cargo del animal, Freijanes decidió hacerlo él y solicitó la ayuda de un amigo, agente del Medio Natural, con el que se desplazó a los pastizales de Olgo, a unos 10 kilómetros de Cangas del Narcea, para dar con el ave, que al cogerlo descubrieron que se trataba de una especie muy poco común en Asturias, el búho chico.

"Tenía el extremo del ala mal, pero aparentemente no se le veían heridas, tuvo suerte de no tropezar con el cuerpo contra los alambres, porque esas alambradas de pinchos son tremendas para la fauna, me llegaron muchos casos así", subraya. A lo largo de los últimos años, por sus manos pasaron numerosas aves rapaces "pero nunca había visto el búho chico, por una parte, me hizo ilusión poder haberlo tenido en casa".

Porque el animal pasó la noche en casa del cangués, y por la mañana el servicio de guardería del Principado de Asturias decidió su traslado al centro de recuperación de Sobrescobio. "Pasé la noche nervioso, con el animal lo más cerca posible para que no le pasara nada, es una responsabilidad porque, además, por ser una especie muy poco frecuente en Asturias", confiesa.

El cangués destaca del animal que su rostro puede recordar a un gato y que el plumaje tiene variaciones que van de castaño oscuro hasta el bastante claro y que incluso puede variar en función de su edad y sexo. "Una estrategia que utiliza para defenderse es la de lograr hacerse más delgado y pegarse al tronco del árbol, haciéndose más difícil de percibir", detalla y añade que sus presas más comunes suelen ser el topillo agreste, que se encuentra en los campos, o el topillo rojo, que es de bosque. Añade además de esta ave tiene una voz notable que puede escuchase a una distancia de un kilómetro.

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