Carmen Fernández, nueva notaria de Cangas: "Todos me han acogido como una asturiana más y soy feliz por ello"
"Estar aquí implica más calidad de vida por el entorno y porque son menos horas que en una notaría de ciudad", señala la profesional, de 33 años

Carmen Fernández en Cangas del Narcea. / R. T. C.
Carmen Fernández Pérez es la nueva notaria de Cangas de Narcea. Procede del pueblo andaluz El Viso del Alcor, a veinticinco kilómetros de Sevilla y, tras una dura trayectoria preparando la oposición, llega a suelo cangués con la ilusión de su primer destino. Tiene 33 años y comenzó a preparar la oposición a Notarías nada más terminar el grado en Derecho, a los 22 años. "Durante estos años me he dedicado solo y exclusivamente a estudiar, no he trabajado, pues una oposición tan dura como esta no es compatible con ningún trabajo. Estudiaba seis días a la semana una media de diez horas al día, descansaba uno y apenas tenía vacaciones más allá de un fin de semana largo en verano y un par de días en feria. Me presenté a cuatro convocatorias y aprobé en la de Cataluña 2023/2024", resume la sevillana. "Hoy por fin, puedo decir que soy notaria, en concreto, de Cangas del Narcea, donde todos me han acogido como una asturiana más y soy feliz por ello", añade.
-¿Por qué se hizo notaria?
-Porque me gustaba mucho el Derecho Privado, buscaba una salida profesional que fuera cercana a las personas y en la que me permitiera ayudarlas fuera de lo contencioso, y que a la vez me diera estabilidad y me permitiera en un futuro conciliar con la vida familiar. Todos estos requisitos los cumple la profesión de notario.
-¿Cómo es el trabajo en una notaría rural?
-El trato es muy cercano hacia quién requiere de nuestros servicios. Prevalece el derecho sucesorio, y en lo inmobiliario las fincas rústicas a las urbanas. En la industria predominan las pequeñas empresas, las asociaciones... y no se toca en el despacho tanto derecho mercantil como en las grandes ciudades.
-¿Es más difícil o más sencillo frente a las urbanas?
-Todos los notarios, tanto en los pueblos como en las ciudades, tenemos la misma formación y estamos preparados para ofrecer el mismo servicio, lo único que cambia es la documentación y los negocios frecuentes de cada sitio porque dependen de las necesidades del lugar.
-¿Cómo es el día a día de un notario y a qué problemas se enfrenta?
-En mi caso, llego a la oficina, compruebo la agenda del día y empiezo a repasar las escrituras que tenga para ese día antes de que lleguen los interesados, retoco lo que tenga que retocar, compruebo la documentación e imprimimos las matrices y demás documentos. Labor que aparentemente parece sencilla pero que para nada lo es pues siempre surgen dudas, y más ahora en el inicio. Me paro, consulto con otros notarios o con mis preparadores de oposición e intentamos dar salida de la mejor manera al negocio en cuestión.
-¿Es menos rentable aceptar un puesto en la zona rural al ser lugares más despoblados?
-Depende de lo que cada uno quiera valorar. Para mí estar aquí implica más calidad de vida, por el entorno y porque son menos horas de trabajo que en una notaría de ciudad. Aunque económicamente no sea igual, para mí es más importante que después de tantos años de oposición pueda tener tiempo libre para disfrutar de la vida.
-¿Ve limitante profesionalmente el trabajo en una zona rural?
-Para nada, la documentación es distinta porque las necesidades son distintas, pero igualmente las personas necesitan al notario en las zonas rurales. La profesión de notario consiste en informar y asesorar al ciudadano y dar fe, conforme a las leyes, de los contratos y demás actos extrajudiciales, por lo que allí donde haya personas, siempre será necesario un notario.
-¿Qué importancia tiene la estabilidad en la plaza de notario? Y ¿qué podría hacer la administración para garantizar que los profesionales no se marchen a las zonas urbanas?
-Cuanto más estable sea un núcleo de población, más garantizará la plaza del notario. Al final, las plazas las crea la ley según las necesidades de cada zona, por lo que si hay un núcleo de población sea donde sea, más o menos estable, siempre habrá una plaza. Sobre lo que puede hacer la Administración para garantizar que siempre se cubra la plaza de notario es promover que la población continúe. Creo que es importante la inversión en telecomunicaciones, el transporte, la sanidad, la educación... Si se cubren todos los servicios básicos, se estará siempre favoreciendo la continuidad de la población y, por ende, la plaza de notario.
-Además de su labor estrictamente legal, ¿qué papel cree que puede desempeñar un notario en la vida comunitaria de un pueblo?
-Creo que puede influir en la continuidad de otras profesiones y negocios como los abogados, las asesorías o los bancos... Y, a la vez, la notaría da vida también a los negocios de los alrededores tales como bares, tiendas de ropa, papelerías... Así pues, al ser también un servicio público básico, la existencia de notario en un pueblo también puede ayudar a la continuidad de las poblaciones rurales.
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