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El premio "Princesa" Douglas Massey viaja a un pueblo a una hora de Oviedo para comer pescado en un popular restaurante: "Cuando se puso en pie para irse, todos le aplaudimos"

"Dijo que le encantaba Asturias", aseguran los afortunados vecinos que coincidieron en el bar Blanco con el sociólogo y demógrafo estadounidense galardonado

"Estamos muy agradecidos de que hayan pensado en nosotros, porque para comer aquí hay que desplazarse", destaca el propietario del establecimiento, Quique Ron

Douglas Massey.

Douglas Massey. / Irma Collín

Cangas del Narcea

Una llamada de la Fundación Princesa de Asturias para reservar una mesa para uno de los premiados sorprendía la semana pasada al conocido bar restaurante Blanco de Cangas del Narcea, que el sábado a mediodía recibió la visita del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, Douglas Massey, sociólogo y demógrafo estadounidense.

Su presencia en el establecimiento cangués no pasó desapercibida y en el comedor el resto de clientes se quedaron asombrados de ver en Cangas del Narcea a uno de los premiados en la gala que se celebró el viernes en el teatro Campoamor de Oviedo.

“Estamos muy agradecidos de que hayan pensado en nosotros, porque para comer aquí hay que desplazarse, por eso tiene aún más valor”, reconoce Enrique “Quique” Ron, el sumiller del restaurante que lleva junto a su hermano el cocinero Pepe Ron.

Douglas Massey cuando procedía a salir del comedor del restaurante Blanco de Cangas del Narcea.

Douglas Massey cuando procedía a salir del comedor del restaurante Blanco de Cangas del Narcea. / José Ramón Puerto

El premiado apostó por el pescado en su visita a Cangas del Narcea y disfrutó de unos buñuelos de bacalao, un lenguado a la brasa y para cerrar el menú se decantó por el tradicional postre de arroz con leche, todo ello regado por un vino blanco de la Denominación de Origen Protegida Cangas.

Asombro entre los comensales

Los arquitectos cangueses José Ramón Puerto y Geles Sánchez fueron unos de los afortunados que tuvieron la suerte de coincidir con Douglas Massey en el comedor del Blanco, e incluso de sentarse justo en la mesa de al lado. Nada más tomar asiento se dieron cuenta de que estaban al lado del premiado y se quedaron muy asombrados, porque es alguien al que uno no espera encontrarse en Cangas del Narcea y menos aún el día después de la entrega de los galardones.

“Es una persona muy discreta que no se hizo notar en absoluto, pero cuando se puso de pie para irse surgió un aplauso espontáneo de todos los que estábamos en el comedor que quedó guapísimo y él se quedó un poco impresionado, se llevó la mano al pecho e hizo una pequeña reverencia”, describe José Ramón Puerto, que cuenta que en ese momento Douglas Massey dijo en voz alta: “Me encanta Asturias”.

“Fue un momento muy prestoso por el ambiente que se generó, fueron solo unos segundos, pero en los que notas que está pasando algo especial”, añade Puerto.

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